Al final no era la última oportunidad para decir #GlifosatoNO. Esta es la segunda vez en que la Comisión Europea no consigue obtener el respaldo de los gobiernos europeos para reautorizar el polémico glifosato. La verdad es que no nos sorprende ya que la Comisión, con gobiernos como el español, sigue haciendo caso omiso a las preocupaciones de los científicos independientes, del Parlamento Europeo y por supuesto de la ciudadanía europea.
Creo que es el momento de que la Comisión se pare a pensar seriamente por qué su propuesta no consigue obtener el consenso y cambie de rumbo. Y solo hay un rumbo aceptable, defender la salud pública y el medio ambiente, no los intereses de los grandes beneficiarios de la venta de este veneno. Por ello, debe aplicar el principio de precaución, como piden varios países, y no autorizar el glifosato hasta que al menos se aclare la controversia científica que ha suscitado.
El glifosato es el herbicida más vendido en el mundo, también en Europa y en España. En España, según información de la industria, se venden al año unos 15 millones de litros de herbicidas con esta sustancia activa lo que supone más más de 51 millones de euros.
El glifosato fue clasificado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como “probablemente cancerígeno para los seres humanos” en marzo de 2015 pero en sus conclusiones decía también que si existe evidencia suficiente de que es cancerígeno en animales de laboratorio. Lamentablemente, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), ha concluido que no presenta riesgos para la salud humana. Sus conclusiones fueron muy criticadas por 96 científicos independientes.
La última propuesta de la Comisión planteaba reautorizar el glifosato durante nueve años, al contrario de los 15 de la primera propuesta, pero sin cualquier tipo de restricción obligatoria, en contra de lo que recomendó el Parlamento Europeo. Esta propuesta era claramente insuficiente para proteger la salud de las personas y el medio ambiente, por lo que no nos sorprende que no haya tenido éxito.
La naturaleza es muy sabia y ante el uso masivo de esta peligrosa sustancia muchas son las plantas silvestres que se hacen resistentes. Las personas también somos sabias y ante el mayor conocimiento de lo que implica el uso de este producto para el medio ambiente y las graves consecuencias que puede tener para la salud humana, la resistencia de la ciudadanía también crece. Es hora de que se nos escuche, por eso seguiremos presionando.
Tienes una nueva oportunidad para alzar tu voz, no lo dejes para mañana. ¡Haz que la ministra en funciones escuche tu voz! Esperemos que a la tercera sea la definitiva, pero por el bien de las personas y del planeta.