Ayer la Comisión Europea posponía la decisión sobre la renovación de la autorización del glifosato, debido a la oposición de algunos Estados miembros. Sin duda, la presión ciudadana fue una de las responsables la postura de estos países y de este aplazamiento de la decisión.



Nuestro esfuerzo ha tenido la primera recompensa, pero podemos conseguir más. Podemos conseguir su prohibición, o al menos una suspensión hasta que se haga una evaluación completa, rigurosa e independiente de sus efectos sobre la salud y el medio ambiente.

Gracias a iniciativas de distintas organizaciones miles y miles de personas han dicho alto y claro que no quieren que el glifosato nos siga envenenando, ni a nosotros ni a las demás especies. ¡Un millón de gracias a todas las personas que habéis participado! Solo en España Greenpeace ha entregado más de 90.000 firmas pero las personas no han dejado de sumarse y se acerca ya a las 100.000 firmas. 100.000 razones para que también la Ministra Tejerina, que aunque esté en funciones sigue decidiendo nuestro futuro, diga también #glifosatoNO y se sume a los países que velan por la salud de la ciudadanía y del medio ambiente.
 
La Comisión presentó una propuesta de prorrogar la autorización del glifosato por otros 15 años. Este herbicida, el más vendido del mundo, fue clasificado por la OMS como “probablemente cancerígeno para los seres humanos”. Según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) no hay evidencia científica de la relación del glifosato con el cáncer, de ahí la propuesta de la Comisión. Sin embargo, 96 científicos independientes, entre ellos varios de los que participaron en el informe de la OMS, criticaron la evaluación de la EFSA como “no apoyada por la evidencia”.

Pero, cada vez hay mayor evidencia científica sobre los peligros del glifosato para la salud y el medio ambiente. Uno de los estudios más recientes concluye incluso que "las estimaciones que regulan la ingesta diaria tolerable para el glifosato en los Estados Unidos y la Unión Europea se basan en datos científicos obsoletos". Además, este estudio destaca también la necesidad de realizar más estudios para determinar si el glifosato actúa como un disruptor hormonal en los seres humanos y señalan que hay muchos problemas ambientales asociados a esta sustancia química.

Algunos Estados miembros han mostrado su oposición a la propuesta de la Comisión porque ponen la salud de la ciudadanía por encima de todo y mientras haya una opinión científica discordante, no se debe permitir el uso del glifosato en la UE. Además, esto es lo que dice claramente el principio de precaución, contemplado en el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea. Según este principio, "en caso de que una política o acción pudiera causar daños a las personas o al medio ambiente, y no existiera consenso científico al respecto, la política o acción en cuestión debería abandonarse". Ante esto está claro que el glifosato debe prohibirse inmediatamente en la UE.

Lamentablemente, y aunque hayamos insistido por activa y pasiva, seguimos sin conocer la postura de España en esta materia.

La votación sobre la renovación de la autorización se podría posponer al 18 de mayo, próxima reunión agendada del comité de expertos nacionales, aunque cabe la posibilidad de que se reúnan antes de forma extraordinaria para abordar la autorización del glifosato.

Tenemos una nueva oportunidad para seguir diciendo alto y claro y hasta que nos escuchen ¡#glifosatoNO!