Antes de dormir ya estaba la mochilita preparada, con lo indispensable, no pudiendo faltar un buen libro. Tras madrugar para aprovechar el día, llegamos al hotel y nos dispusimos a descargar las furgonetas y barrer el “imbarrible” suelo lleno de escombros y polvo donde desarrollaríamos nuestras actividades durante los próximos cinco días.
Pudimos presenciar el impresionante amanecer, viendo como los primeros rayos de sol despuntaban en el horizonte. Todo esto mientras íbamos de un lado a otro llevando los bultos a las habitaciones correspondientes, preparando la oficina, la cocina, los dormitorios, el baño y la sala de pintura.
Ya todo organizado cada grupo comenzó con su labor, ya fuera colgar pancartas o preparar la comida. En mi caso fui destinada al grupo de pintura, con nuestro artista. Comenzamos el mural y para mi fue asombroso como daba las primeras pinceladas en el enorme muro de hormigón y todo iba tomando forma.
Para facilitar la labor buscamos algunos andamios de la obra para colocarlos en el muro. Tras pintar el fondo de blanco pudimos aplicar los colores bajo la guía del artista. Para llegar a las zonas más altas fue necesario montar la escalera encima del andamio y, asegurados con arneses, subir en ellas para completar el dibujo.
El sol pegaba fuerte en la mañana, habiendo turnos para descansar a la sombra, imprescindibles para no pillar una insolación. La comida a mitad de día nos hizo recuperar fuerzas. Calabaza y pasta con verduras cocinada con hornos solares y luego la pieza de fruta correspondiente, todo racionado para garantizar abastecimiento los próximos días. A pesar de todo, la comida fue suficiente, sobrando bastante cantidad para la cena. Durante la tarde todo fue más leve, el sol estaba tapado por la enorme mole que supone el hotel y además, teníamos la práctica adquirida durante la mañana.
La gente pasaba dando ánimos, otros indignados, los menos, los que anteponen la construcción del edificio frente a la conservación y el disfrute de uno de los pocos paisajes litorales libres que quedan en nuestras costas, promoviendo la privatización del suelo público y potenciando así este sistema de economía liberal en el que nos encontramos inmersos.
Cuando, en la tarde, la luz del sol comenzó a escasear, recogimos todas la herramientas, brochas, rodillos, pinturas, escaleras, agua... y subimos donde estaban el resto de compañeros para compartir la cena y poner en común las impresiones del día.
Al final del día nos sentíamos orgullosos del trabajo realizado y esperábamos continuar al día siguiente con más energía incluso, hasta ver completado el mural, el cual representa la lucha que se lleva a cabo por preservar este lugar, como Parque Natural que es, para disfrute de todos.
En Carboneras, activista de Greenpeace en el hotel ilegal de El Algarrobico
- Ciberactúa para pedir la demolición de El Algarrobico
- Blog: Pásate a firmar contra El Algarrobico
- Web El Algarrobico
- Concentración por la demolición del hotel de El Algarrobico Únete y pide la demolición de este hotel ilegal, en pleno Parque Natural, símbolo de la destrucción del litoral. Durante toda la semana, del 5 al 9 de septiembre los grupos locales estarán en la calle recogiendo firmas para pedir a Gobierno y Junta de Andalucía un acuerdo para la demolición.
Fecha: miércoles 7 de septiembre de 2011
Hora: 20:00h
Lugar: playa de El Algarrobico