Daniel Navia, secretario de Estado de Energía, ha decepcionado esta mañana con su intervención en el Consejo de Energía la Unión Europea donde se discutía el “Paquete de energía limpia para todos” de la Comisión Europea.Navia no ha dicho ni una palabra sobre renovables ni sobre los derechos de la ciudadanía a participar en la transición energética, a pesar de que estos temas son dos de los ejes clave de la política energética europea para el periodo 2021-2030.
La Comisión Europea pretende con este paquete de medidas allanar el camino para ser líder mundial en renovables y prepararse para afrontar los compromisos del acuerdo de París, aunque en esta primera reunión ha faltado ambición y liderazgo, lo que para Greenpeace podría poner en peligro la transición a las energías renovables y no responde con suficiente ambición a la acción necesaria para salvar el clima.
El paquete de “Energía limpia para todos” trata de ser el principal conjunto de normas para que la Unión Europea ayude a limitar el aumento de la temperatura global a 1,5°C, según se acordó en París. Esto requiere que en tan solo una generación se abandone todo uso de combustibles fósiles y realizar la plena transición a las energías renovables. Sin embargo, las propuestas de la Comisión pretenden reducir el apoyo a las energías renovables a partir de 2021 y dejarían la puerta abierta a seguir con las subvenciones para el carbón, el gas y la nuclear.
Un estudio de Greenpeace ha demostrado que una de cada tres personas en España podría producir su propia electricidad de forma individual o colectiva con renovables en 2050 y alcanzar una producción suficiente como para cubrir la mitad de la demanda nacional, aunque para que este potencial se haga realidad es necesario plasmar el derecho ciudadano a producir energía renovable tanto en el marco normativo europeo como en el nacional.
“Si el Gobierno español quiere demostrar su compromiso con la ciudadanía, debería eliminar las barreras legales, económicas y administrativas que el Real Decreto de Autoconsumo y su Impuesto al Sol en lugar de seguir apoyando las grandes y contaminantes empresas eléctricas”, ha declarado Sara Pizzinato, responsable de la campaña de Energía de Greenpeace.
En este sentido Greenpeace lamenta que España actualmente pague más de 500 millones de euros al año para subvencionar centrales térmicas de gas y carbón con mecanismo por capacidad, un asunto crucial en el Paquete de Energía, ya que varios Gobiernos europeos han estado promoviendo seguir con estas subvenciones a los combustibles fósiles sucios en el debate sobre el paquete energético de la UE.
Al mismo tiempo, las inversiones de la UE en energías renovables disminuyeron de 112.000 millones de euros en 2011 a 54.000 millones en 2016. Las energías renovables son mejores para el planeta y facilitan literalmente el derecho de las personas a elegir qué energía quieren producir y consumir. “En lugar de apoyar una industria dañina y condenada a la desaparición, nuestros Gobiernos deberían invertir en una transición de energía limpia y justa que permita a todos los europeos cosechar los beneficios de las energías renovables”, ha concluido Pizzinato.