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Greenpeace demanda la no ratificación del CETA

Comunicado de prensa - junio 1, 2017
• El Acuerdo Económico y Comercial Integral entre la UE y Canadá entra provisionalmente en vigor el mes que viene, en contra de la opinión de buena parte de la sociedad civil

• El voto del grupo parlamentario socialista en el Congreso es clave para la ratificación de este acuerdo antidemocrático y lesivo con los derechos sociales y ambientales

• Greenpeace llama a la participación en la manifestación contra el CETA este sábado 3 de junio en Madrid

• La organización presenta hoy su documento de posición sobre los acuerdos comerciales y de inversión titulado “10 principios para los acuerdos de comercio”

06/10/2016.  Greenpeace hace un spoiler con imágenes nunca publicadas de El Señor de los Anillos. Inspirado en la famosa trilogía cinematográfica de El Señor de los Anillos, Greenpeace lanza un vídeo que presenta la pugna entre las energías sucias y las renovables e invita a la ciudadanía a movilizarse contra los tratados comerciales que frenarían la transición hacia un modelo energético basado en energías renovables. body ©Greenpeace

Greenpeace ha elaborado un documento de posición sobre la nueva generación de acuerdos comerciales y de inversión que está negociando la Unión Europea con terceros países (TTIP, CETA, TISA, EU-Japón... etc.). Dicho documento establece 10 principios o condiciones que deberían cumplir este tipo de tratados bilaterales para hacer del mundo un lugar más justo, inclusivo y conectado, donde el comercio no sea un fin en sí mismo, sino un medio para avanzar en la consecución de unos objetivos sociales y ambientales que nos mantengan dentro de nuestros límites planetarios.

Con este documento Greenpeace pretende influir en el debate que se está produciendo en la Comisión de Exteriores del Congreso de los Diputados sobre el proyecto de ley de ratificación del Acuerdo Económico y Comercial Global entre la Unión Europea y Canadá (CETA) que, previsiblemente, entrará en vigor de manera provisional el mes que viene.

El CETA cuenta con el rechazo de buena parte de la opinión pública por, entre otras cosas, haber sido negociado en secreto y conferir a las empresas derechos por encima de los estados. Este acuerdo comercial y de inversión amenaza los actuales estándares ambientales y sociales y establece un nuevo marco regulador muy al gusto de las grandes corporaciones. 

"La globalización debe ser gobernada con reglas y acuerdos que permitan el desarrollo sostenible y el cumplimiento de otros tratados multilaterales como el Acuerdo de París o los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas"  ha declarado Miguel Ángel Soto, portavoz de Greenpeace España. "Es fundamental avanzar hacia un reequilibrio y una reestructuración de las reglas de comercio e inversión, donde las corporaciones e inversores estén sometidos a normas vinculantes sobre responsabilidad corporativa, rendición de cuentas y obligaciones, con reglas globales vinculantes sobre derechos humanos, persecución del fraude fiscal y desaparición de los paraísos fiscales, entre otras". 

Para mostrar este rechazo al CETA también en la calle, Greenpeace llama a la ciudadanía a participar en la manifestación convocada por la Campaña No al TTIP CETA y TISA (http://www.noalttip.org/), que tendrá lugar en Madrid el próximo sábado 3 de junio, a las 12:00 am, entre la Glorieta de Atocha y la Plaza de las Cortes, frente al Congreso de los Diputados.

Según el documento de posición de Greenpeace sobre Acuerdos Comerciales, para asegurar que el comercio sea beneficioso para las personas y el planeta, y no al revés, la política sobre comercio e inversión debe ser transparente y democrática, no como hasta ahora. El comercio y la inversión deben tener en cuenta que vivimos en un planeta finito cuyos límites no deben ser sobrepasados, haciendo un uso equitativo y sostenible de los recursos naturales. 

Para Greenpeace, los acuerdos de comercio e inversión deben definir el principio de precaución como una obligación legal de proteger la salud pública y el medio ambiente, que debe ser de aplicación para todas las partes en el acuerdo. "Durante la negociación, quedó claro que a Canadá no le gusta la definición de principio de precaución recogida en el artículo 191 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea. Como Canadá no reconoce el principio de precaución tal y como lo establecen las leyes de la UE, ambas partes han acordado una versión debilitada en el que las medidas de precaución sólo se adoptarán si son rentables" ha declarado Soto. 

Este tipo de acuerdos de comercio e inversión deben permitir y garantizar la mejora continua de los estándares de defensa del medio ambiente, los consumidores y los trabajadores, la salud y los servicios públicos, así como proporcionar mecanismos para prevenir el impacto adverso de los sistemas de producción sobre los derechos humanos, los derechos sociales y el medio ambiente. Las normas y regulaciones sociales y ambientales no pueden ser consideradas “barreras comerciales”. 

El CETA y el resto de acuerdos que la UE está negociando con terceros países no sólo deben estar sometidos a evaluaciones de impacto independientes, sino que sus resultados  deben tomarse en cuenta para influir en los términos de la negociación y en la revisión de los acuerdos existentes. 

Si bien el mandato del CETA exigía que los resultados de la evaluación de impacto sobre la sostenibilidad (SIA) deberían haberse tenido en cuenta en el proceso de negociación, no hay nada en el texto del acuerdo que muestre que esto se haya hecho ha declarado Soto.

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