• La organización ecologista celebra carreras populares con zombis como protagonistas en las provincias españolas con centrales nucleares, para pedir su cierre progresivo
• Greenpeace afirma que la energía nuclear en España es algo del pasado y tiene los días contados a pesar de los empeños de las eléctricas por “resucitarla”
• Las carreras se han celebrado de manera simultánea en Miranda de Ebro (Burgos), l’Ametlla de Mar (Tarragona), Gárgoles de Abajo (Guadalajara), Trujillo (Cáceres) y Valencia
La ciudad de Trujillo (Cáceres) ha acogido a cientos de zombis corredores que han participado en la “Nuclear running dead”, una las cinco carreras populares organizadas por primera vez por Greenpeace en cinco localidades del país para mostrar el lado “más zombi” de la energía nuclear. Se trata de un tipo de energía que, a juicio de los ecologistas, está completamente muerta y tiene los días contados a pesar de los esfuerzos de las grandes eléctricas por mantener las centrales abiertas y continuar sacando beneficio de ellas.
Las carreras han comenzado a las 12.00 de manera simultánea en municipios de las cinco provincias que cuentan con reactores nucleares en su territorio: Miranda de Ebro (Burgos), l’Ametlla de Mar (Tarragona), Gárgoles de Abajo (Guadalajara), Trujillo (Cáceres) y Valencia. En ellas han participado personas de todas las edades y condición en lo que ha sido una fiesta global a pocas horas de la celebración de Halloween.
Aunque estas carreras no se tratan de actos de protesta, Greenpeace sí pretenden poner de manifiesto los problemas de viabilidad a los que se enfrenta la energía nuclear, que la hace parecer un muerto viviente.
Los participantes han competido en dos categorías, en las distancias de 10 km y 4 km, y muchos lo han hecho caracterizados de zombi, ya que han acudido caracterizados o han sido maquillados por la organización.
Un euro de cada cinco aportados por la
cuota simbólica de inscripción serán destinados a la asociación Chernobil Elkartea, una organización que lleva desde 1995 trabajando por el bienestar de los niños y niñas que aún sufren las consecuencias del desastre nuclear de Chernóbil.
En España aún hay seis centrales, incluida Garoña, cuya vida útil terminó hace más de tres años y que no produce electricidad, pero que no ha sido definitivamente clausurada. Greenpeace considera que el parque nuclear debería ser sustituido por energías limpias cuando termine su vida útil, algo que sucederá al principio de la próxima década. Además el desmantelamiento ineludible de las nucleares proporcionará 100.000 empleos según el informe "
El inevitable cierre de las nucleares, una oportunidad económica y social".
Greenpeace identifica la energía nuclear como una energía “zombi” ya que además de los esfuerzos por querer mantener las centrales vivas cuando termina su vida, continúa su legado tóxico de toneladas de residuos radiactivos que debemos gestionar durante miles de años, para que no sean una amenaza para las personas y el medio ambiente.
Almaraz La central nuclear de Almaraz (Cáceres) tiene dos reactores nucleares, el primero obtuvo su licencia de puesta en marcha en 1980, y el segundo en 1983. Ambos han sufrido repotenciaciones. En la actualidad tienen una licencia de explotación que caduca en junio de 2020. La compañía operadora es Centrales Nucleares Almaraz-Trillo, A.I.E. propiedad de Iberdrola Generación, S.A. (48%), Gas Natural S. A.(34,5%), Hidroeléctrica Cantábrico (15,5%), y Nuclenor (2%). En los últimos meses se ha visto envuelta por la
polémica respecto a las piezas defectuosas proporcionadas por Areva, ya que el CSN no ha descartado la posibilidad de un accidente grave.