Greenpeace considera que la estrategia de descarbonización presentada hoy por Endesa supone un giro importante a corto plazo para la eléctrica, pero la estrategia a medio plazo resulta inconsistente. La organización ecologista valora positivamente que la eléctrica se plantee un sistema 100% renovable en 2050 y que empiece por cerrar sus térmicas de carbón más ineficientes, pero considera un grave error mantener el resto de térmicas de carbón y las centrales nucleares más allá de 2030, con lo que además da una muestra de desconocimiento de que corresponde al Parlamento decidir si se puede alargar la vida de esas centrales sucias y peligrosas.
Greenpeace destaca que el plan estratégico para los años 2017-2019, presentado por Endesa esta mañana, en el que debería alinearse con el que ayer presentó ayer su matriz Enel, plantea un escenario para 2030 que es incompatible con el cumplimiento de los objetivos del Acuerdo de París y no aumentar la temperatura del planeta más de 1,5 ºC, algo que solo es alcanzable con un modelo 100% renovable. La organización ecologista añade que las medidas estratégicas en las que se basa la eléctrica: la utilización del carbón de exportación y la ampliación de la vida de las nucleares, van en la dirección contraria del modelo energético imprescindible para alcanzar un sistema 100% renovable para 2050.
“Los pilares estratégicos para conseguir en 2050 un modelo energético 100% renovable, no son la quema de carbón de importación ni la ampliación de las nucleares, sino la eficiencia, la inteligencia, y las renovables. El Parlamento de España debe marcar el rumbo claro del modelo energético para evitar que sean las grandes empresas eléctricas quienes decidan la política energética”, ha declarado José Luis García Ortega, responsable del Área de Energía y Clima de Greenpeace.
Según los distintos estudios publicados por Greenpeace desde 2005 hasta la fecha, se puede comprobar que para conseguir en 2050 un modelo energético 100% renovable, algo perfectamente posible y económicamente muy favorable, en 2030 el sistema eléctrico debe contar con el 95% de renovables consiguiendo de esta manera reducir las emisiones de CO2 en un 75% con respecto a 2012, un escenario muy alejado del que plantea Endesa.
Endesa afirma en su plan que no destinará más fondos al carbón nacional, confirmando rotundamente que las térmicas de carbón nacional cerrarán como muy tarde en 2020, pero afirma que invertirá 300 millones en carbón importado que seguirá generando cambio climático.
“Es un paso importante que por fín la empresa haya dado a conocer que no invertirá en sus térmicas que queman carbón nacional. Es imprescindible para que tanto desde las comarcas como desde las autonomías mineroeléctricas puedan planificar sus economías, donde en las medidas como nueva instalación de energía renovable y la mejora de la eficiencia energética Endesa debe jugar un papel importante para la generación de empleo de las comarcas”, ha declarado Tatiana Nuño, responsable la campaña de Cambio Climático de Greenpeace.
La compañía indica además que destinará 500 millones de euros a la seguridad nuclear para la ampliación de vida de sus plantas hasta 2030, pero la determinación sobre los estándares de seguridad, y consecuentemente la cuantía de las inversiones, está en manos del CSN; y la ampliación de sus licencias en manos del Gobierno. Endesa ni menciona el coste que supondrá el desmantelamiento de sus nucleares ni la gestión de sus residuos.
“Resulta incomprensible que Endesa pueda determinar las inversiones en seguridad para la ampliación de sus nucleares, cuando es el Parlamento de España quien decidirá si se amplían”, ha concluido Raquel Montón, responsable de la campaña Nuclear de Greenpeace.