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Greenpeace valora positivamente el nuevo récord de las renovables a nivel global y lamenta que la tendencia en España sea la contraria


Reactivo de Greenpeace a la publicación del informe REN21 GSR 2016

Comunicado de prensa - junio 2, 2016
• En España se han destruido unos 50.000 empleos en los últimos años como consecuencia de las normativas contrarias a las renovables

Greenpeace valora muy positivamente los resultados del nuevo informe REN21 que publica hoy los datos globales sobre la potencia instalada y las nuevas inversiones en energías renovables, que muestra que 2015 ha vuelto a ser un año récord para las renovables.

La organización recuerda que las energías renovables se están abriendo paso fuertemente en el mundo a pesar de que aún haya barreras para una mayor implantación, como son los subsidios directos a los combustibles fósiles (cuatro veces superiores a los percibidos por las renovables); los precios bajos de los combustibles; los graves problemas de acceso a la red eléctrica o marcos regulatorios y fiscales diseñados para las energías sucias y centralizadas.

A pesar de todo, en 2015 fue posible sumar en todo el mundo 147 GW nuevos de potencia renovable, por lo que es fácil imaginar con qué velocidad se podrían sustituir las energías contaminantes como el carbón, el petróleo, el gas o la nuclear con renovables si el marco global fuera favorable a las verdaderas soluciones al cambio climático.

La reducción de los costes de las energías renovables está impulsando esta transformación, incluso compitiendo con unos precios de los combustibles fósiles en mínimos históricos. Pero los gobiernos deben acelerar este cambio y detener la inversión en combustibles fósiles así como desviar ese dinero a las energías renovables, el ahorro y la eficiencia energética. Es la única posibilidad que tenemos para alcanzar el objetivo de limitar el aumento de la temperatura global a 1.5 ºC, tal y como se acordó en París en diciembre de 2015.

El G7 se ha  comprometido reiteradamente a terminar los subsidios “ineficientes” a los combustibles fósiles en 2025. Pero “tanto los países del G7 como todos los demás no deberán poner fin solo a los subsidios a los combustibles fósiles sino a su uso, como muy tarde, para 2050, y acelerar la revolución renovable es la mejor manera de poder lograrlo”, ha declarado Sara Pizzinato, del área de Cambio Climático y Energía de Greenpeace.

El mismo informe de REN21 también identifica cómo en lo que respecta a la Unión Europea, el panorama es mucho menos optimista ya que ha perdido su liderazgo al reducir su inversión en energías limpias un 21% el año pasado, siguiendo la tendencia a la baja de los últimos cuatro años. Con esto, Europa volvió a los niveles de inversión de 2006.

Situación en España

En España es importante recordar que 2015 fue el segundo año en que no se instaló ni un kW de energías renovables a causa de la clara política contraria que ha imperado desde 2010. Greenpeace pide a todos los partidos políticos españoles que concurran a las elecciones del 26 de junio que asuman el acuerdo de París y reactiven un marco estable y favorable a las energías renovables, el ahorro y la eficiencia para España y estableciendo como objetivo alcanzar un sistema energético 100% renovable, eficiente e inteligente antes de 2050.

El mismo informe reconoce que España, tras ser líder mundial en energía solar en 2008, ha prácticamente desaparecido del mapa de la energía fotovoltaica a causa de “cambios legislativos retroactivos y el nuevo impuesto sobre el autoconsumo”.

Mientras en España la normativa en materia ha destruido un sector prometedor con la pérdida de unos 50.000 empleos en pocos años, el resto del mundo ha triplicado sus inversiones en energías renovables en los últimos diez años y el resultado es que más de ocho millones de personas ya trabajan en el sector a escala global, tal y como publicó IRENA hace pocos días.

Además de eso, la Comisión Europea ya advirtió el año pasado de que España seguramente no pueda cumplir con sus compromisos internacionales en materia de renovables si no revierte el bloqueo a las energías renovables.

Otra novedad relevante del estudio de REN21 es que por primera vez refleja cómo las formas de producción, distribución y comercialización colectiva de energía en manos de la ciudadanía emergen como una tendencia clave en el sector renovable en muchos países, como Dinamarca, Alemania o Escocia.

En el lado contrario del espectro se sitúa España donde la “ciudadanía energética” se tiene que enfrentar a unas barreras económicas, administrativas y legales importantes tales como la prohibición explícita para toda las instalaciones colectivas de autoabastecimiento energético con renovables en la legislación más restrictiva del mundo en materia de autoconsumo. Por este motivo Greenpeace espera que, tras las elecciones generales, los partidos políticos mantengan su compromiso de reformar profundamente el Real Decreto 500/2015 de autoconsumo para sea realmente favorable a esta modalidad.


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