Comunicado de prensa - septiembre 24, 2013
El barco de Greenpeace, Arctic Sunrise, se acerca al puerto de Murmansk (Rusia) después de que fuera abordado por las autoridades rusas la semana pasada tras una protesta pacífica contra la extracción de petróleo del Ártico. Desde entonces, los miembros de la tripulación no han podido contactar con sus abogados o con sus consulados.
El buque ha llegado al fiordo cerca de Murmansk alrededor de las 10:00 hora local, acompañado de un remolcador y del barco Ladoga de la Guardia costera rusa, tras el abordaje de las fuerzas de seguridad armadas el pasado jueves.
Varios expertos jurídicos independientes ya han apoyado la declaración de Greenpeace Internacional sobre la ilegalidad del abordaje según el derecho internacional (1). Por otra parte, más de 50 organizaciones no gubernamentales rusas, incluyendo WWF Rusia, han firmado una declaración conjunta pidiendo que los activistas sean liberados.
Los abogados de Greenpeace Internacional exigen el acceso inmediato a los 30 activistas que llevan todo este tiempo, desde hace más de cuatro días, sin asistencia legal o consular. Todavía no se sabe si Rusia tiene la intención de presentar cargos formales y Greenpeace no ha recibido ningún contacto formal de las autoridades.
"Greenpeace tiene una historia de 40 años de acciones pacíficas para proteger el medio ambiente, y las protestas de la semana pasada contra el peligro de las perforaciones petrolíferas en el Ártico se hicieron de acuerdo a estos principios", ha declarado Kumi Naidoo, director de Greenpeace Internacional. "Nuestros activistas no hicieron nada que pueda justificar la reacción de las autoridades rusas".
"Hace cuatro días desde que nuestro barco fue abordado y todavía nadie ha comunicado un fundamento legal para este ataque, y tampoco han permitido el contacto de nuestros activistas con abogados o miembros consulares", ha añadido Naidoo. "La única motivación de nuestros activistas es la necesidad de proteger el Ártico de las imprudentes perforaciones petrolíferas y del cambio climático, por ello exigimos su inmediata liberación".
En agosto del año pasado, el propio director de Greenpeace, Kumi Naidoo, participó en las acciones de protesta en la misma plataforma Prirazlomnaya. Además se presentó, junto con científicos rusos, pruebas que demostraban las posibles consecuencias de un derrame de petróleo de la plataforma. El estudio estima que más de 3.000 kilómetros de la costa rusa podrían verse afectados.
Greenpeace muestra, a través de una grabación de un trabajador de la plataforma, la ruptura de una gran escalera de seguridad durante una terrible tormenta en el Ártico en octubre de 2011.
Greenpeace está recogiendo firmas para pedir a la ciudanía que exija la liberación del barco retenido por las autoridades rusas.
Notas:
Declaraciones de expertos jurídicos
1. Prof. Dr. Stefan Kirchner, profesor invitado de Derechos Fundamentales y Derechos Humanos de la Universidad de Laponia, Rovaniemi, 22 de septiembre 2013: " Las acciones de Rusia en relación con el Arctic Sunrise son incompatibles con el derecho internacional del mar según la Ley de la Convención del Mar, el Convenio Europeo de Derechos Humanos, la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares y posiblemente otros tratados internacionales. Parece que Rusia ha violado los derechos humanos de los miembros de la tripulación, así como los derechos del Estado del pabellón (Países Bajos) y de los respectivos Estados de origen de los miembros de la tripulación. A fin de cumplir con el derecho internacional Rusia tiene que garantizar la pronta liberación del buque y su tripulación " .
2. Prof. Dr. Gert Jan Knoops (profesor adjunto de Derecho Penal Internacional) afirmó en el diario holandés De Volkskrant el 20 de septiembre 2013, que, a juzgar por la información de que dispone, la Guardia Costera Rusa carecía de autoridad legal para abordar el Arctic Sunrise.
3. Prof. Dr. Doris König, Claussen Simon Chair de Derecho Internacional en la Facultad de Derecho Bucerius de Hamburgo comentó el 20 de septiembre 2013, que es probable que la detención del barco fuera de la zona de seguridad constituye una violación de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar.