Comunicado de prensa - septiembre 12, 2013
Greenpeace lamenta el resultado de la votación de esta mañana en el Parlamento Europeo, donde los eurodiputados han apoyado el aumento del uso de agrocombustibles (mal llamados biocombustibles) pese a sus impactos en el medio ambiente, al mismo tiempo que piden a la Unión Europea que evite los efectos negativos de estos combustibles en la producción de alimentos y en las emisiones de gases de efecto invernadero. La organización ecologista pide a los países de la UE que detengan la expansión del cultivo de agrocombustibles.
Los eurodiputados han votado a favor de limitar al el uso de agrocombustibles procedentes de cultivos alimenticios al 6% de la energía utilizada en el transporte en la UE. Esto supone un aumento respecto al límite actual (en torno al 4,5 %). Los diputados también votaron a favor de retrasar las negociaciones entre las instituciones de la UE, lo que plantea interrogantes acerca de un posible acuerdo sobre este asunto antes de las elecciones europeas de mayo de 2014.
La votación de esta mañana en el Parlamento Europeo valoraba una propuesta de la Comisión para hacer frente a los impactos de los agrocombustibles consumidos en el mercado de la UE. Estos agrocombustibles, originalmente pensados para reducir el impacto del transporte europeo sobre el clima, pueden aumentar las emisiones de gases de efecto invernadero e incluso socavar la seguridad alimentaria, a pesar de lo cual cuentan con un importante apoyo financiero.
El crecimiento de los agrocombustibles ha provocado la conversión de bosques en tierras agrícolas, dando lugar a la pérdida de superficie forestal y biodiversidad, así como a la liberación de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Este fenómeno se conoce como cambio de uso indirecto de la tierra (ILUC). El Parlamento votó a favor de la inclusión de factores ILUC en solo una de las dos leyes que han sido objeto de votación. Esta decisión, junto con la incapacidad de frenar el aumento del uso de agrocombustibles antes de 2020, lanza un mensaje confuso sobre el futuro desarrollo de la política energética de transportes.
"La decisión del Parlamento Europeo es claramente incoherente", ha declarado Sebastien Risso, portavoz de la Unidad Política de Greenpeace. "Quieren que la UE conduzca por ambos lados de la carretera: reconocen que los agrocarburantes producidos a partir de cultivos alimentarios son malos para el medio ambiente, pero les siguen dando su apoyo político y financiero".
Greenpeace pide a los países de la UE que detengan la expansión del cultivo de agrocombustibles. Hay que tener en cuenta la huella de carbono real de estos carburantes, y debe detenerse el apoyo público y los subsidios a los agrocombustibles ambiental y socialmente dañinos. Hay que dar prioridad a las soluciones reales para un transporte más ecológico, incluidas las tecnologías de eficiencia energética innovadoras para reducir el consumo de energía en el transporte, la movilidad verde en las ciudades, y los coches y los trenes que funcionan con electricidad de origen renovable.