Comunicado de prensa - julio 16, 2013
Greenpeace aplaude la decisión de la Comisión Europea de restringir el uso del fipronil, un plaguicida que se ha demostrado ser tóxico para las abejas. Esta propuesta ha recibido hoy el apoyo de una gran mayoría de los representantes de los países de la UE.
23 estados miembros de la Unión Europea (UE) votaron a favor de una prohibición temporal del fipronil, solo dos votaron en contra y tres se abstuvieron. Greenpeace considera que la prohibición temporal propuesta es un nuevo paso para salvar a las abejas pero no será suficiente para permitir su recuperación y que solo una prohibición total a largo plazo puede ayudar a restaurar la salud de los polinizadores.
En la evaluación científica publicada en mayo por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) se concluyó que el fipronil, un plaguicida producido por la compañía química alemana BASF, plantea un "riesgo agudo elevado para las abejas cuando se utiliza como tratamiento de semillas de maíz".
Otros tres plaguicidas tóxicos para las abejas también han sido parcialmente prohibidos en la Unión Europea tras informes similares emitidos por la EFSA. Además, el examen de estas prohibiciones estaba en el orden del día del Consejo de Agricultura y Pesca de la UE que tuvo lugar ayer.
La EFSA también identificó una carencia importante de información en los estudios científicos disponibles en lo que respecta a otros usos del plaguicida y como afecta a otros polinizadores, por lo que fue incapaz de evaluar plenamente los riesgos. En la UE el fipronil está autorizado solamente en siete Estados miembro. La propuesta de la Comisión incluye excepciones de uso en diversos cultivos que se cosechan antes de la floración y también para su uso en invernaderos. Estas excepciones, y la naturaleza temporal de la prohibición, implican que el plaguicida se mantendrá en los suelos y el medio ambiente.
"La conclusión de la EFSA apunta la necesidad de una prohibición total de este plaguicida en aplicación del principio de precaución. El fipronil ya está prohibido en muchos países de la UE, pero las abejas no conocen fronteras. Para detener el su declive, la Comisión debe prohibir este plaguicida y desarrollar rápidamente un plan contra el amplia exposición química a que los polinizadores se enfrentan cada día", ha afirmado Luís Ferreirim, responsable de la campaña de Agricultura y Transgénicos de Greenpeace.
Un informe de Greenpeace sobre las amenazas a que se enfrentan las abejas en Europa identificó siete plaguicidas, incluyendo el fipronil, que afectan a la salud de los polinizadores.
Las abejas y otros polinizadores juegan un papel crucial en la producción de alimentos. Alrededor de un tercio de los cultivos alimentarios del mundo dependen directamente de la polinización natural de las abejas y otros animales (1).
"Solo la prohibición a largo plazo de todos los plaguicidas tóxicos para las abejas y la apuesta decidida por la agricultura ecológica puede realmente salvarlas", ha concluido Ferreirim.