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La Amazonia brasileña ha perdido una superficie más grande que Francia en los últimos 40 años

Greenpeace reclama una solución definitiva para impedir la destrucción de los últimos bosques primarios del planeta

Comunicado de prensa - marzo 21, 2012
La Amazonia es el bosque primario más grande que queda en el planeta y alberga más biodiversidad que cualquier otro sitio de la Tierra. Sin embargo, este maravilloso y único bosque tropical se encuentra atrapado entre dos fuerzas destructivas: la deforestación y el cambio climático.

lunes, 31 de marzo de 2008

© Greenpeace

En las últimas cuatro décadas, solo en Brasil, la Amazonia ha perdido una quinta parte de su superficie (unos 700.000 km2), lo que representa un área más grande que toda Francia. Si la tasa de deforestación sigue a este ritmo, la Amazonia podría desaparecer dentro de 50 años. Hasta el momento se estima que se ya se ha perdido cerca del 18% de la selva amazónica.
        
Brasil ocupa el cuarto lugar en el ranking de países emisores de gases de efecto invernadero (GEI), lo que le convierte en un país clave para la lucha contra el cambio climático. El 75% de estas emisiones de GEI brasileñas proceden de la deforestación.

“Urge encontrar una solución permanente y definitiva para salvar los últimos bosques primarios del planeta, especialmente la Amazonia, que en la actualidad se enfrenta a grandes amenazas. Nos acercamos peligrosamente a lo que podría ser un punto de no retorno y de perder la oportunidad de salvar uno de los bosques más importantes de nuestro planeta”, ha afirmado Luís Ferreirim, responsable de la campaña de Agricultura y Bosques de Greenpeace España.

La expansión de la frontera agrícola (cultivo de soja y ganadería) son las principales causas de la deforestación, problema que va precedido por la tala legal e ilegal con destino a la industria maderera.

Los datos más recientes muestran que en los últimos tres años la tasa de deforestación ha ido decreciendo (1). El éxito en la lucha contra la deforestación es debido a un conjunto de medidas políticas y de gobernanza como son: un mayor control por parte del gobierno brasileño, una mayor implicación de las autoridades judiciales, la ampliación y mejora de las áreas protegidas, las operaciones policiales y la lucha contra la corrupción, así como el éxito de las iniciativas de la sociedad civil, entre las que se encuentran las campañas de Greenpeace.

Pero hay nuevas amenazas. El actual debate sobre la reforma del Código Forestal en Brasil pone en evidencia la fragilidad de la gobernabilidad en la Amazonia y lo importante de incidir en su protección. El nuevo código pone en riesgo millones de hectáreas, incluso antes de ser aprobado. A pesar de que la deforestación ha ido decreciendo, en abril de 2010 se produjo un repunte de la deforestación en Mato Grosso, con un aumento del 800% con respecto al año pasado.

“Solo hay una solución para la Amazonia y se llama Deforestación Cero”, ha concluido Luís Ferreirim.

Greenpeace trabaja con el objetivo de acabar con la deforestación en la Amazonia en el 2015 y de forma global para el 2020.

(1) http://www.obt.inpe.br/prodes/index.html

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