Mezo Jozsef, es un trabajador de la granja orgánica LTd, cerca del parque Nacional Hotobagyi en Hungría.En la granja se trabaja para preservar los genes de animales autóctonos. También producen alimentos para el consumo humano y piensos ecológicos para sus animales.
Aunque la Comisión ha anunciado nuevas medidas “verdes” para aumentar la diversidad de cultivos (al menos 3 cultivos por finca) y proteger los pastos permanentes, se trata solamente de un mero maquillaje, que se llevará por delante el 30% del presupuesto de la PAC.
Esta maniobra de “business as usual” seguirá permitiendo a los agricultores el monocultivo en el 70% de la superficie de sus explotaciones y los pastos solamente se protegerán a partir del 2014 (permitiendo su conversión en cultivo hasta esa fecha).
Las medidas tampoco promueven la tan necesaria rotación de cultivos, que podría ayudar mucho al medio ambiente al potenciar la biodiversidad, reduciendo la vulnerabilidad ante plagas, inundaciones y sequías, a la vez que mejorando la fertilidad de los suelos; no limita tampoco el uso de pesticidas.
Se seguirán destinado elevados pagos directos a los modelos agrarios industriales destructivos, incluyendo los cultivos energéticos cuya sostenibilidad no se garantiza.
La propuesta tampoco responde a la necesidad de atajar el enorme impacto ambiental y en términos de cambio climático del sector ganadero. Específicamente, no ataca a la intensificación de la producción de leche y de carne, al no favorecer la producción de piensos y forrajes sostenibles ni la ganadería extensiva.
“Europa necesita alejarse de un modelo de producción agrícola industrial, contaminante y socialmente destructivo. De no introducirse modificaciones a la propuesta por parte del Parlamento Europeo y de los Estados Miembros, se permitirá a los grandes negocios agroquímicos mantener el control de la producción alimentaria y se malgastarán 435 mil millones de Euros de los contribuyentes para mantener un modelo que seguirá contaminando la naturaleza y nuestros alimentos”, ha declarado Juan-Felipe Carrasco, responsable de Agricultura de Greenpeace.
El único elemento positivo que sabe destacar es la reserva del 7% de la superficie de las explotaciones cómo Áreas de Prioridad Ambiental.
Dado que la producción de bienes públicos y de servicios de los ecosistemas no son exclusivos de la agricultura, Greenpeace trabajará para que, si no se mejoran sustancialmente las propuestas, sea reducido significativamente el presupuesto de la PAC. El dinero de los contribuyentes sería mucho mejor utilizado, por ejemplo, expandiendo o protegiendo las áreas naturales en la UE.
Por todo ello, Greenpeace exige a los gobiernos y al Parlamento Europeo que introduzcan una serie de medidas en la nueva PAC, como por ejemplo:
1- El componente “verde” (greening) de los pagos directos consiste en un paquete de medidas obligatorio a nivel de explotación:
-Rotación obligatoria de cultivos. Mínimo de cuatro cultivos de familias botánicas distintas, que incluyan al menos una leguminosa, en la que el cultivo mayoritario no suponga más del 50% y cada uno de los restantes no menos del 15% de la superficie cultivada.
-Dedicar 10% de la explotación como Área de prioridad Ambiental.
-Protección obligatoria de los pastos permanentes con una fecha establecida en el pasado, no en el fututro.
2- Los pastos permanentes que cumplen determinadas condiciones (no laboreo, no resiembra) reciben un pago adicional. Esto contribuiría a que la ganadería extensiva fuera económicamente eficiente.
3- No se dan pagos acoplados a los cultivos energéticos.
4- Ls condicionalidad incluye la Directiva Marco de Agua y la Directiva del Uso Sostenible de Plaguicidas sin retrasos en todos los estados miembros, hayan transpuesto o no las Directivas.
5- Al menos el 50% del presupuesto de Desarrollo Rural (pilar 2) es dedicado a la prioridad “medio ambiente y cambio climático”.