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Activistas de Greenpeace se interponen ante un arrastrero francés para denunciar la destrucción de los océanos

Comunicado de prensa - octubre 26, 2011
Activistas de Greenpeace se han interpuesto este mediodía frente al barco arrastrero de profundidad francés Pierre Jacques Matigny, en el Atlántico Norte, para denunciar las malas prácticas de este tipo de pesquería que destruye hábitats y faena en stocks sobreexplotados.

Los activistas de Greenpeace, que portaban pancartas con el mensaje 'Stop sobrepesca', se han colocado en la proa del barco para evitar su avance y la destrucción de los fondos marinos. El arrastrero Pierre Jacques Matigny pertenece a la flota pesquera de la cadena de supermercados Intermarché.

"Activistas de Greenpeace han realizado una acción hoy para desenmascarar el escándalo que ocurre en las profundidades del océano debido a una de las prácticas de pesca más destructivas", ha declarado Celia Ojeda, responsable de la campaña de Océanos de Greenpeace. "Greenpeace pide a los gobiernos de la Unión Europea que acaben con la sobrepesca y la sobrecapacidad pesquera y prioricen el desguace de las flotas más destructivas a través de la reforma de la Política Pesquera Común. La organización demanda una pesca sostenible porque sin peces no habrá pesca".

La pesca de arrastre se practica entre los 400 y los 1.500 metros de profundidad, donde es muy complicado evaluar el daño que genera. Los barcos arrastreros faenan cada vez más a una mayor profundidad debido a que las zonas más someras están ya sobreexplotadas. En estas profundidades marinas, el medio ambiente es diferente y el hábitat y las especies son muy vulnerables a la pesca. Los arrastreros cuentan con enormes redes cónicas que al abrirse pueden alcanzar el tamaño de un campo de fútbol. Estas redes son lanzadas desde el barco y destruyen todo lo que encuentran en su camino. Este método de pesca es así indiscriminado: entre el 30% y el 60% del contenido de la red se desperdicia, se vuelve a tirar vivo o muerto una vez recogido.

Los activistas de Greenpeace, que portaban pancartas con el mensaje 'Stop sobrepesca', se han colocado en la proa del barco para evitar su avance y la destrucción de los fondos marinos.

La práctica de arrastre en profundidad es ejemplo del mal funcionamiento de la Política Pesquera Común
(PPC), la norma que rige la pesca de la Unión Europea, en la actualidad en proceso de reforma, algo que ocurre solamente cada diez años y que finalizará en esta ocasión en 2013. Entre 1996 y 2010, más de 140 millones de euros provenientes de los impuestos de ciudadanos europeos se utilizaron para subvencionar la pesca de arrastre española. Los barcos arrastreros españoles y franceses son responsables de aproximadamente el 70% de las capturas en profundidad en Europa.

"Europa ha creado su propio monstruo. Esta flota no sería económicamente viable si no fuera por las subvenciones europeas. La PPC necesita reformar la manera de otorgar las subvenciones y mejorar la gestión de las pesquerías. La Unión Europea debería de favorecer la pesca artesanal frente a la pesca industrial", ha afirmado Celia Ojeda.

"Los gobiernos europeos han de actuar con responsabilidad antes de que sea demasiado tarde;
es necesario poner fin a la pesca de arrastre de profundidad, limitar el tamaño de las flotas y su capacidad para permitir que los stocks de pesca europeos alcancen niveles sostenibles en 2015", ha señalado por su parte Paloma Colmenarejo, responsable de la campaña de Océanos de Greenpeace.

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