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Greenpeace lamenta la poca ambición del Libro Blanco sobre Transporte de la Comisión Europea

El documento no apuesta por reducir el consumo de petróleo y deja a la próxima generación la responsabilidad de reducir las emisiones de CO2

Comunicado de prensa - marzo 28, 2011
Greenpeace lamenta que el Libro Blanco sobre Transporte publicado hoy por la Comisión Europea no recoja una estrategia clara para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y el consumo del petróleo, cuando lo que pretende es precisamente establecer unos objetivos y medidas para promover un mercado único del transporte y reducir las emisiones.

La organización reconoce que el documento incluye algunos elementos interesantes como ciertas medidas para desviar el transporte de mercancías desde la carretera al ferrocarril y para eliminar los coches con “motores convencionales” de las ciudades [1], aunque pospone varias décadas la entrada en vigor de las medidas más necesarias y ambiciosas.

El Libro Blanco de la Comisión plantea que para 2050 el sector del transporte habrá reducido sus emisiones de GEI en un 60% respecto a los niveles de 1990. Pero la mayor parte del esfuerzo de reducción se deja para después de 2030, cuando se prevé que el sector haya aumentado en un 8% sus emisiones con respecto a las de 1990 [2].

"La Comisión pasa descaradamente la pelota a la siguiente generación con este Libro. El sector del transporte se convertirá en la mayor fuente de emisiones de CO2 de Europa, pero la Unión Europea prefiere mirar hacia otro lado", ha declarado Franziska Achterberg, asesora política de Greenpeace en materia de transporte.

Greenpeace considera que esta estrategia no protegerá a la Unión Europea de situaciones de gran volatilidad de los precios del petróleo como la que estamos experimentando actualmente a causa de los acontecimientos en el norte de África. “Al no incorporar medidas ambiciosas para reducir el consumo de petróleo, se está impulsando la búsqueda de petróleo en zonas cada vez más peligrosas y con un medio ambiente más frágil”, ha añadido Sara Pizzinato, responsable de la campaña Transporte de Greenpeace. “Parece obvio que un año después de la catástrofe en la Deepwater Horizon, la Unión Europea no ha aprendido nada” [3].

Notas:

[1] El sector del transporte es responsable de alrededor del 60% del consumo total de petróleo en Europa y depende del petróleo para el 96% de sus necesidades energéticas. En España, el dato es aún mayor.

[2] En un análisis por separado, la Comisión estudió varias vías para acelerar la reducción de las emisiones del transporte, teniendo en cuenta las posibles subidas del precio del petróleo. Estos escenarios son más ambiciosos en la reducción de la dependencia europea de las importaciones de petróleo en todos los sectores. De hecho, la dependencia de las importaciones se reduciría del 55% de 2008 a un 47% en 2030. Cinco puntos más que el 52% planteado en el escenario favorito de la Comisión. Ver: http://ec.europa.eu/clima/documentation/roadmap/docs/sec_2011_288_en.pdf.

[3] Un estudio reciente de Greenpeace demuestra que normas ambiciosas para limitar las emisiones de CO2 de coches y furgonetas por sí solas podrían reducir el consumo de petróleo de la UE en un 8% para 2030, respecto a un escenario de continuidad. Esto, además, eliminaría completamente la necesidad de importar petróleo producido en perforaciones en aguas profundas. Ver: http://www.greenpeace.org/eu-unit/press-centre/reports/steering-clear-of-oil-disaster.

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