Comunicado de prensa - enero 10, 2011
Greenpeace denuncia el tercer vertido de hidrocarburos en la costa de Tarragona en menos de un mes, el último de los cuales, puso en peligro a las playas de Salou y La Pineda. Ayer aparecieron dos manchas de fuel frente a la costa tarraconense, una provocada por las actividades de Repsol en el pantalán y la otra todavía de fuente incierta.
La organización ecologista recuerda que estos vertidos son una advertencia de los peligros y de los graves impactos sobre el medio ambiente y la economía tarraconense, si el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino aprueba la explotación de Montanazo y Lubina, los dos nuevos pozos de Repsol.
“Ante la incapacidad de la industria petrolera de garantizar la seguridad ambiental de sus instalaciones, el Gobierno no debería dar luz verde a nuevos pozos de petróleo ni en Tarragona ni en ningún otro lugar”, ha declarado Sara Pizzinato, responsable de la campaña Transporte de Greenpeace.
El pasado 23 de diciembre, ignorando los vertidos de hidrocarburos ocurridos pocos días antes en la costa tarraconense, el Consejo de Ministros autorizó nuevas prospecciones petrolíferas en cuatro zonas costeras españolas. Greenpeace califica de irresponsable la estrategia energética del Gobierno que promueve la búsqueda de nuevos pozos de petróleo en el litoral español. La organización solicita proteger a una de las mayores fuentes de ingresos del país con una moratoria de las explotaciones petrolíferas en la costa así como una [R]evolución Energética en la forma de producir, transportar y usar la energía que permita prescindir de los combustibles fósiles gracias al ahorro, la eficiencia y a las fuentes renovables.