Comunicado de prensa - enero 20, 2011
Greenpeace se reunirá esta tarde en El Acebuche (Huelva) con una comisión del Centro de Patrimonio Mundial de la UNESCO y con la Secretaría del Convenio de Ramsar, donde los ecologistas expondrán los graves daños que causa al Parque Nacional de Doñana los vertidos del polo químico de Huelva, y el peligro de un nuevo oleoducto para la refinería Balboa, en Extremadura.
La organización ecologista lleva años denunciando la contaminación que sufren los ríos Tinto y Odiel, principalmente procedente de los fosfoyesos (residuos industriales tóxicos y radiactivos) de Fertiberia acumulados en las marismas, y por los constantes vertidos que la refinería de CEPSA tiene en Palos de la Frontera.
A estos puntos negros se une ahora un nuevo proyecto para construir un oleoducto que desde los límites del Parque Nacional de Doñana llevaría hidrocarburos hasta la provincia de Badajoz, con el consiguiente incremento del riesgo de accidentes y vertidos, ya que implicaría la llegada de más de 100 nuevos petroleros cada año a las puertas del Parque.
Además de estas amenazas, Greenpeace también informará al comité de la UNESCO de otros peligros que cuestionan la supervivencia de Doñana, como son las extracciones ilegales de agua subterránea para los cultivos de fresa; los vertidos de aguas residuales urbanas; el dragado del río Guadalquivir o la contaminación que el desastre de Aználcollar y la mina de las Cruces suponen para el ecosistema y la población de la zona.
“Queremos que la UNESCO conozca de primera mano la situación de deterioro que sufre Doñana, debido en gran parte a la política de dejación de la Junta de Andalucía, cuyas medidas de imagen “verde” vacías de contenido están llevando el Parque al borde del colapso”, Julio Barea, responsable de la campaña de contaminación de Greenpeace.