Comunicado de prensa - febrero 15, 2011
A primera hora de la mañana, más de veinte activistas de Greenpeace han accedido al interior de la central nuclear de Cofrentes. Seis escaladores han subido a la torre de refrigeración, de 125 metros de altura, donde están pintando el mensaje: “Peligro nuclear”. Además, otro grupo de activistas ha desplegado una pancarta con el lema; “Cofrentes: cierre ya”. Tras esta acción de protesta pacífica ha quedado demostrada la falta de seguridad de Cofrentes, por lo que Greenpeace pide el cierre de la central.
Greenpeace pide al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y al Gobierno que no se renueve el Permiso de Explotación de Cofrentes, que vence el próximo 19 de marzo, y se proceda a su cierre definitivo.
“Las centrales nucleares son instalaciones de alto riesgo, no solo por basarse en una tecnología peligrosa, sino también por ser, como reconocen abiertamente las agencias de inteligencia de todo el mundo, objetivo potencial de ataques terroristas”, ha declarado Carlos Bravo, responsable de la campaña de Nuclear de Greenpeace.
Greenpeace demanda al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que apueste por un modelo energético verdaderamente seguro. Por ello, le exige que cumpla de una vez el compromiso del PSOE de poner en marcha un plan de cierre de las centrales nucleares y de potenciar las energías renovables y el ahorro y la eficiencia energética.
“Pedimos a Gobierno, patronal y sindicatos que apoyen sin titubeos las energías renovables, aunque solo sea por el enorme potencial de creación de empleo que tienen, y se olviden de la energía nuclear que, además de ser sucia y peligrosa, genera muy pocos puestos de trabajo comparativamente”, ha añadido Bravo.
Según el informe Estudio sobre el empleo asociado al impulso de las energías renovables en España, del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio y de Comisiones Obreras, presentado el pasado 11 de noviembre, el número de empleos directos actuales que proporcionan las renovables es de más de 75.000 y se cifra en otros 128.000 puestos de trabajo directos el potencial laboral de las renovables para el 2020, teniendo en cuenta solo las previsiones oficiales de crecimiento de éstas. En cambio, según datos de Comisiones Obreras, el sector nuclear contaba en 2005 con 4.124 empleados de los cuales el 52,8% pertenecían a la plantilla fija de las centrales nucleares.
Fallos y problemas de seguridad
Greenpeace incide en que la central nuclear de Cofrentes es una instalación peligrosa, y cuenta con un interminable listado de fallos y problemas de seguridad sin resolver, lo que evidencia el agotamiento de su vida útil. Por ejemplo, el pasado 7 de febrero, sufrió un fallo en la apertura de la válvula del circuito de seguridad. Este tipo de fallos se ha repetido sistemáticamente en los últimos años, lo que ha provocado la declaración de continuas prealertas de emergencia. A pesar de las inspecciones del Consejo de Seguridad Nuclear, el problema sigue sin poder resolverse.
Entre las muchas deficiencias identificadas, Greenpeace destaca las relacionadas con los sistemas de lucha contra incendios, el acceso a la Sala de Control, el aumento de las dosis recibidas por los trabajadores en el mantenimiento, el desafío a los márgenes de seguridad en los sistemas de refrigeración de emergencia o la tardanza en los análisis de sucesos o incidentes, etc.
Estos graves problemas de seguridad demuestran el envejecimiento de la central nuclear de Cofrentes y, por ello, un riesgo cada vez más alto de sufrir un accidente. “No tiene sentido asumir ese riesgo, que podría tener un altísimo coste para la salud, el medio ambiente y la economía, cuando la viabilidad técnica y económica de un sistema de generación eléctrica basada al 100% en tecnologías renovables es un hecho ya comprobado”, aseguró Bravo.
Numerosos informes demuestran de forma científica la viabilidad de un sistema 100% renovables, entre ellos el elaborado por la Fundación Ideas para el Progreso del PSOE, en se concluye que las centrales nucleares son un gran obstáculo para el despliegue a gran escala de las energías renovables. Ello se debe, entre otras causas, a la rigidez de gestión de la operación de las centrales nucleares en el sistema eléctrico.