Durante la madrugada del domingo 9 de enero el buque ballenero
japonés Nisshin Maru había estado transfiriendo carne de ballena de
sus bodegas a un buque de suministros, el Oriental Bluebird. Desde
temprano por la mañana activistas de Greenpeace a bordo de lanchas
comenzaron a pintar las palabras "carne de ballena del Santuario"
en el costado del Oriental Bluebird. Aún así esta acción no impidió
en forma alguna el trasbordo de carne y las pequeñas lanchas no
representaron ningún peligro para los buques implicados en la
actividad.
El Artic Sunrise se encontraba observando esta acción desde más
de un kilómetro de distancia. Cuando los activistas terminaron de
pintar el casco, el Nisshin Mura se desenganchó del buque de
suministro repentinamente y se dirigió hacia el Artic Sunrise,
golpeándolo en el lado de babor.
"No hay palabras para describir este hecho. Nos han embestido
deliberadamente poniendo en serio peligro la seguridad de nuestro
barco y las vidas de nuestra tripulación", declaró desde el Artic
Sunrise Shane Rattenbury, responsable de la expedición de
Greenpeace.
Aunque el impacto ha causado daños al Artic Sunrise no ha
impedido que siga participando en la expedición, si bien su
tripulación ha tenido que asegurar el mástil y la cubierta de proa.
Inmediatamente después del impacto el Nisshin Maru abandonó el
lugar del impacto. Tanto el Artic Sunrise como el Esperanza, el
otro barco de Greenpeace que participa en la campaña para impedir
la caza de ballenas, siguen en este momento a la flota ballenera
con la intención de continuar su protesta pacífica contra esta
actividad.
Greenpeace ha informado repetidamente a la flota ballenera y a
la organización que la controla en Tokyo, el Instituto de
Investigación de Cetáceos, de sus intenciones pacíficas y del
propósito de la protesta contra la caza.
"Durante los últimos días los activistas de Greenpeace se han
interpuesto en repetidas ocasiones entre los arpones de los
balleneros y su presa para proteger a las ballenas y defender el
Santuario Antártico. Estas intimidaciones no impedirán que
defendamos a las ballenas ni que distribuyamos las imágenes de la
caza al mundo", ha declarado Sebastián Losada, responsable de la
campaña de Oceános de Greenpeace España.
Como respuesta a las protestas internacionales y a las repetidas
llamadas de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) para que
detenga su programa de "caza científica" anual, este año la Agencia
Pesquera de Japón ha duplicado sus planes de captura de rorcuales
aliblancos, pasando a 935 ejemplares, y ha añadido 10 rorcuales
comunes, consideradas amenazadas. Durante los próximos 2 años 40
rorcuales comunes más se añadirán a este programa además de 50
yubartas. El rorcual común es la segunda mayor criatura sobre la
tierra, después de la ballena azul. Este programa tiene lugar en el
Santuario Antártico, declarado por la comunidad internacional para
proteger un lugar de alimentación fundamental para las poblaciones
de ballenas.