Activistas de Greenpeace entraron en la central nuclear de Zorita pidiendo su cierre inmediato
La central nuclear de Zorita no debería volver a arrancar tras
el descubrimiento de un importante fallo en la bomba principal de
recirculación del circuito primario, un componente vital para la
seguridad. Este problema, cuya causa se desconoce por el momento,
ha forzado finalmente al titular a llevar la central a parada no
programada, después de intentar infructuosamente mantenerla en
funcionamiento desde que el jueves día 8 se detectara el problema,
con la connivencia del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).
El fallo de la bomba principal provocó la liberación de cierta
cantidad de vapor de agua radiactiva del circuito primario, lo que
provocó un situación de alarma en la central y en el CSN. Alarma
lógica pues la pérdida de agua del circuito primario puede llevar a
un accidente LOCA (Accidente por Pérdida de Refrigerante, en sus
siglas inglesas), el más grave en una central nuclear, escenario de
accidente que en Zorita es especialmente grave, dado que esta
central sólo dispone de un generador de vapor (central de un sólo
lazo).
Ante esa situación, Unión Fenosa decidió bajar la potencia del
reactor, en lugar de parar la central nuclear y resolver el
problema. Al bajar la potencia, la fuga de agua del primario cesó,
y entonces, todavía sin conocer la causa del problema, el titular,
de acuerdo con el CSN, decidió asumir que el problema se había
solucionado "mágicamente" y decidió volver a subir la potencia. El
sábado se volvió a ver que el problema permanecía y, dada la
gravedad del problema, se paró la central.
"Este nuevo fallo demuestra dos cosas. Por un lado, el precario
estado de la central nuclear de Zorita y su peligroso
funcionamiento y, por otro, la irresponsable actitud del CSN, que
ha permitido que la central siguiera funcionando con un grave fallo
en un sistema vital para la seguridad", ha declarado Carlos Bravo,
portavoz de la campaña antinuclear de Greenpeace.
Greenpeace critica la actitud del CSN, que parece no haber
aprendido las lecciones del grave suceso de Vandellós-2, donde su
negligencia quedó en evidencia, al actuar de nuevo de forma no
conservadora desde el punto de vista de la seguridad, permitiendo
que la Zorita siguiera funcionando con un problema grave en la
bomba principal del primario sin conocer la causa del problema.
Para Greenpeace, ni el CSN ni el titular de la central pueden
aceptar que un problema tan grave como una fuga en un componente
vital para la seguridad, y más en el caso de Zorita, como es la
bomba principal del primario, se soluciona sólo de forma
"mágica".
"El CSN no puede permitirse jugar con la seguridad de los
ciudadanos y del medio ambiente", añadió Bravo. "Su negligencia,
sumada al peligroso funcionamiento de Zorita, hacen recomendable
que la central no vuelva a arrancar, y permanezca parada hasta la
fecha decidida de cese de actividades".