Comunicado de prensa - octubre 25, 2005
Greenpeace califica de muy deficiente el estado del agua en la Cuenca Hidrográfica del Duero en su informe Agua presentado hoy en rueda de prensa. De hecho, la propia Confederación Hidrográfica reconoce que sólo el 2,72% de sus masas de agua superficiales podrían cumplir los objetivos ambientales de la Directiva Marco del Agua, DMA. Es decir, que sólo el 2,72% podría tener en 2015 un estado de calidad suficiente para mantener su poder de autodepuración y los ecosistemas que dependen de ella.
La DMA es la ley europea que rige la política desde el 2004 y
tendrá que cumplirse en su totalidad antes del 2015. Esta Directiva
trata de recuperar la calidad de las aguas continentales
abandonando la política de infraestructuras hidráulicas que se han
demostrado ineficaces y obsoletas y adoptando una visión
ambientalista del medio hídrico que permita su adecuada
protección.
Los principales problemas de la cuenca son:
-
Ocupación del Dominio Público Hidráulico. La presencia de
construcciones ilegales (industrias, viviendas...),
infraestructuras (carretera, aeropuertos...) y extracciones de
áridos (graveras y canteras) están impidiendo el correcto
desarrollo de los ecosistemas asociados al medio fluvial(1), ponen
en serio peligro de desaparición diversas especies acuáticas y
restan capacidad de autodepuración y regeneración a los ríos.
La Cuenca del Tajo es una de las Confederaciones que peor ha
realizado los informes para el Ministerio de Medio Ambiente sobre
los artículos 5 y 6 de la DMA al que estaban obligados. De hecho no
proporcionan datos sobre sus aguas subterráneas y les quedan el
95,11% de sus aguas superficiales están por analizar. De seguir
así, la Cuenca del Tajo no logrará alcanzar los objetivos
ambientales fijados por la Directiva Marco del Agua (DMA).
"La lucha contra la contaminación no sólo permitiría aumentar
más la disponibilidad de recursos hídricos que la construcción de
embalses y trasvases, sino que es la única forma de asegurar que
habrá agua para las futuras generaciones. Es urgente que la
Confederación acabe con los vertidos urbanos e industriales que
amenazan a ríos y acuíferos y ponen en peligro la salud de las
personas y el medio ambiente", ha declarado Juan López de Uralde,
director ejecutivo de Greenpeace.
"Es necesario que los Gobiernos autonómicos dejen de incumplir
la ley y pongan en marcha un plan de saneamiento integral de sus
aguas residuales. Si se siguen postergando estas medidas la Cuenca
del Tajo no cumplirá los objetivos de la DMA", ha declarado Julio
Barea, responsable de la campaña de aguas de Greenpeace.
Estas son algunas de las conclusiones que Greenpeace ha extraído
sobre la Cuenca del Tajo en su informe "Agua: la calidad de las
aguas en España. Un estudio por cuencas", el primero que analiza la
totalidad de las aguas continentales españolas (ríos, acuíferos,
lagos, humedales, estuarios, rías...).
Greenpeace ha realizado esta investigación para conocer el
estado de las aguas continentales en un momento crucial: la entrada
en vigor de la DMA. El estudio se centra en la calidad de los
recursos hídricos, que será en el futuro la que marcará la
disponibilidad del agua en todo el Estado. El término calidad
incluye la contaminación (grado de toxicidad de los diferentes
vertidos), el estado ecológico de las aguas superficiales (la buena
salud del ecosistema y su capacidad de regeneración) y el estado
químico de las subterráneas.
La principal conclusión del informe afirma que en el Estado
español sólo el 11% de las aguas superficiales y el 16% de las
subterráneas están en este momento en condiciones de cumplir en
2015 los objetivos que marca la DMA. Es decir, sólo el 11% de las
aguas superficiales tiene calidad suficiente para mantener su poder
de autodepuración y los ecosistemas que dependen de ella. Y en el
caso de las subterráneas, sólo el 16% mantiene las cualidades
químicas suficientes para que se puedan utilizar en abastecimiento
y riego.
(1)La ocupación de los cauces incide negativamente en las
riberas y los cauces pues altera el estado biótico y el régimen de
sedimentación de los ríos.