Presentación manifiesto "Stop a las bombas de racimo"
Las bombas de racimo consisten en una bomba "contenedor" que al
abrirse en el aire dispensa entre decenas y cientos de
submuniciones. Son armas de saturación de área, que tienen un
efecto indiscriminado pues no distinguen entre los blancos civiles
y militares. Esto las hace especialmente peligrosas cuando se usan
en los conflictos armados actuales, que se libran en prácticamente
todos los casos en zonas habitadas y, en ocasiones, en zonas
urbanas. El 98% de sus víctimas son civiles, especialmente niños,
que resultan atraídos por sus colores brillantes y sus formas
similares a las de un juguete.
Además del efecto que tienen durante los bombardeos, una
parte de las submuniciones no explotan y quedan esparcidas por
amplios territorios, actuando como minas antipersonales y matando y
mutilando a personas muchos años después de que un conflicto haya
terminado. Las industrias del sector, y aquéllos que defienden su
utilidad, aseguran que los avances técnicos pueden lograr unas
tasas de error (es decir, de submuniciones que no explotan) menores
al 1%, mejorando así la seguridad para los civiles.
Sin embargo, esto nunca se ha demostrado en la práctica y en
todos los casos las tasas de error han sido mayores. Incluso aunque
se lograran esas tasas en laboratorio, hay que recordar que las
condiciones reales durante un bombardeo son muy diferentes, e
influyen la situación meteorológica, el tipo de terreno, los
errores humanos, etc. Un solo fallo ya sería inaceptable.
El 19 de mayo arranca en Dublín la Conferencia Diplomática
sobre bombas de racimo, que durará hasta el día 30 y de la que debe
salir el texto de un Tratado Internacional que prohíba este tipo de
armas. Unos 70 gobiernos ya han confirmado su asistencia, entre
ellos el español. Sin embargo, una parte de los estados
participantes está tratando de edulcorar el contenido del Tratado,
de forma que ciertos tipos de bombas que supuestamente presentan
avances técnicos queden excluidas del mismo.
"España ha venido jugando en este proceso un papel ambiguo.
Por un lado, dice poner las consideraciones humanitarias en primer
lugar. Pero por otro, no es partidario de prohibir ciertos tipos de
armas con supuestos avances técnicos y que coinciden con las que
fabrican algunas empresas españolas. Esto no es aceptable", ha
asegurado Jordi Calvo, de Justicia i Pau.
Además, la disposición adicional V a la Ley de Comercio
Exterior de Material de Defensa y de Doble Uso, aprobada por el
Parlamento el pasado mes de diciembre, hace referencia a la
necesidad de prohibir todas las bombas de racimo, sin exclusiones.
Esta debe ser la posición de un gobierno que dice apostar por la
paz y los derechos humanos, ya que así demostraría que da más
prioridad las consideraciones humanitarias y los derechos de las
víctimas que a los intereses de las empresas.
Hoy se presenta en Madrid el manifiesto "Stop bombas de
racimo", promovido por Greenpeace y la CMC Barcelona. Más de
150 personalidades de la sociedad civil han apoyado nuestras
reivindicaciones y reclamado al Gobierno la prohibición de todas
las bombas de racimo. Entre ellos se encuentran escritores como
Javier Moro, Maruja Torres, Manuel Rivas o Rosa Regás; personajes
del mundo de la música como Alejandro Sanz, Nacho Cano, Paul
Collins o Sara Baras; actores y actrices como Imanol Arias, Jordi
Rebellón, Carmelo Gómez, Lucía Jiménez, Marta Belenguer o Daniel
Guzmán; periodistas y fotógrafos como Gervasio Sánchez, Iñaki
Gabilondo, Felipe Sahagún, Javier Bauluz, Juan Antonio Sacaluga,
etc. Y el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel. Además, lo
apoyan profesores y catedráticos de distintas universidades,
centros de estudios sobre paz y conflictos de España y otros
países, y organizaciones de desarrollo, derechos humanos, comercio
justo, medio ambiente...
La campaña contra las bombas de racimo está recibiendo
también apoyos institucionales importantes. Ayer, 13 de mayo, el
Parlament de Catalunya aprobó por unanimidad una propuesta de
resolución en la que insta al Gobierno español a tener un papel
activo en la Conferencia de Dublín, y a que tome medidas nacionales
con respecto a este tema. La aprobación unánime es un importante
apoyo e impulso para la campaña.
Además, casi 6.000 personas han firmado ya el manifiesto a
través de la web. Estas firmas serán entregadas a los ministerios
de Asuntos Exteriores y de Defensa, principales involucrados en el
proceso de Oslo.
"Éste es un clamor que el Gobierno no puede desoír. El
Gobierno español debe escuchar la voz de la sociedad civil y las
instituciones y adoptar una postura clara dirigida a la prohibición
de todos los tipos de bombas de racimo. No es aceptable que los
intereses empresariales primen por encima de los derechos de las
víctimas", ha declarado Juan López de Uralde, director de
Greenpeace.
Para firmar https://colabora2.greenpeace.es/informate/index_desarme.php
Para difundir la campaña y descargar el manifiesto
http://colabora2.greenpeace.es/formulario_desarme_ok.php