Greenpeace ha marcado sobre el agua, esta mañana, varios puntos de vertido de diferentes plantas de la industria química de Tarragona, que se realizan a través de emisarios submarinos para denunciar la grave contaminación que provocan y la falta de control de las Administraciones. 13 Febrero 2008. (c) Greenpeace/Pedro Armestre.
Greenpeace y el GOB han denunciado hoy que el sistema de gestión
de residuos de Mallorca es uno de los más contaminantes de todo el
Estado, ya que se fundamenta en la quema de basuras en la
incineradora de Son Reus. Además, cuenta con una cementera, de la
empresa CEMEX, que también quema residuos en Lloseta.
La incineradora de Son Reus, que ha sido denunciada en varias
ocasiones por Greenpeace y el GOB desde antes de su construcción en
el año 1990, provoca serios problemas ambientales, tanto por
emisiones a la atmósfera de, por ejemplo, dioxinas y furanos, como
por el problema que suponen las cenizas y escorias que producen y
que, en Mallorca, se depositan en su mayoría en vertedero. Los
residuos que provoca la quema de basuras son mucho más tóxicos que
la basura antes de ser quemada.
Las dioxinas y furanos tienen una elevada toxicidad y se
encuentran en el grupo de sustancias prioritarias a eliminar
denominadas "docena sucia" que recoge el Convenio de Estocolomo
sobre Compuestos Orgánicos Persistentes. Sus efectos sobre la salud
son cáncer, daños a los sistema inmunológico, reproductor,
endocrino y nervioso y alteraciones del desarrollo intelectual
infantil.
Según TIRME, de las 569.245 toneladas de residuos generadas en
la isla de Mallorca, 318.015 acaban incineradas. Esto provoca la
generación de 76.670 toneladas de escorias y 31.895 de cenizas
cimentadas. De ellas sólo se recuperan 4.434 toneladas de chatarra.
Las cenizas y escorias contienen sustancias de elevada toxicidad
con metales pesados (cadmio, plomo, mercurio, cromo, cobre) y
acumulan hasta más del 90% de las dioxinas y furanos que se generan
en la incineradora debido a los filtros que hacen que las emisiones
por la chimena sea menor. No existen niveles seguros de emisión
para este tipo de sustancias, porque tardan décadas en degradarse,
son biocamulativas y se concentran en todos los organismos de la
cadena alimentaria aumentando en los últimos eslabones como el ser
humano.
El Consell insular está estudiando la posibilidad de emplear las
escorias, mezcladas con otros materiales, para construir carreteras
y obras públicas. Esto supondría agravar el problema, pues se
estarían distribuyendo por toda la isla residuos muy
contaminantes.
La ampliación de la incineradora de Son Reus agravaría aún más
la contaminación y demostraría la falta de voluntad política por
resolver un problema que no deja de crecer.
El resto de los residuos de Mallorca acaban en el vertedero de
Emaya (185.018 toneladas) y en el de Santa Margalida (58.918).
Otro de los problemas de las islas, por su situación e
intensidad de tráfico marítimo, es la exposición a sufrir vertidos
de hidrocarburos. Este es el caso del vertido de 50 Tn de fuel
desde el buque Don Pedro, en julio de 2007, que afectaron al Parque
natural de Ses Salines.
A pesar de no tener industria pesada en las islas, Baleares
posee otras fuentes de contaminación industrial dispersas del
sector papelero y de la fabricación de tejas. También hay que
destacar la contaminación generada por vertidos incontrolados al
mar procedentes de emisarios submarinos de aguas residuales y la
contaminación por nitratos de aguas subterráneas por las malas
prácticas agrícolas y ganaderas. El Catálogo d'Actividades
Potencialmente Contaminantes de l'Atmósfera (APCA) - según el
Decreto 833/75, de 6 de febrero, por el que se desarrolla la Ley
38/72, de 22 de diciembre, de Protección de l 'Ambiente Atmosférico
BOE núm. 96, de 22.4.75 - dónde figuran aquellas actividades
industriales emisoras de contaminantes, catalogadas en tres grupos
(A, B y C) de más a menos contaminantes recoge 31 empresas de tipo
A en Mallorca, 9 en Menorca, 2 en Eivissa y 2 en Formentera.
DEMANDAS
• Aplicar verdaderas medidas de seguimiento ambiental de
los focos contaminantes que aseguren el cumplimiento de la
legislación, a través de la inspección y el control.
• Mallorca debe renunciar a la ampliación de la
incineradora de Son Reus y optar por un modelo de "residuo cero",
que fomente la reducción, la recogida selectiva de los residuos,
recuperación de materiales, compostaje de la materia orgánica y el
reciclaje.
• Se debe extraer el pecio del Don Pedro, ya que continúa
siendo una fuente de contaminación marina por las sustancias
contenidas en él e implantar un nuevo régimen de responsabilidad
ilimitada para la industria petrolera a través de toda la cadena de
custodia.