Comunicado de prensa - febrero 18, 2008
Greenpeace termina la acción de Son Reus después de reunirse con la consellera de medio ambiente, Catalina Julvé, y el director insular de residuos, Guillem Riera, y tras acordar con el Ayuntamiento de Palma una reunión que se celebrará en las próximas semanas. Las negociaciones con el Consell insular, que se han alargado casi tres horas, no han aportado ningún dato que lleve a la organización ecologista a cambiar su parecer con respecto al grave impacto ambiental y de salud pública que implica quemar residuos.
Greenpeace entra en la incineradora de Mallorca para denunciar el negocio de la quema de basuras.
A primera hora de la mañana de hoy, varios activistas de Greenpeace han desplegado una pancarta de más de 120 metros cuadrados en la planta incineradora de Son Reus en la isla de Mallorca con el lema “quemar basuras contamina”. 18 febrero 2008. (c) Greenpeace/Pedro Armestre.
A primera hora de la mañana de hoy, varios activistas de Greenpeace han desplegado una pancarta de más de 120 metros cuadrados en la planta incineradora de Son Reus en la isla de Mallorca con el lema “quemar basuras contamina”. Los ecologistas quieren denunciar así una de las prácticas más contaminantes, la incineración de residuos. 18 febrero 2008. (c) Greenpeace/Pedro Armestre.
A primera hora de la mañana de hoy, varios activistas de Greenpeace han desplegado una pancarta de más de 120 metros cuadrados en la planta incineradora de Son Reus en la isla de Mallorca con el lema “quemar basuras contamina”. Los ecologistas quieren denunciar así una de las prácticas más contaminantes, la incineración de residuos. 18 febrero 2008. (c) Greenpeace/Pedro Armestre.
A primera hora de la mañana de hoy, varios activistas de Greenpeace han desplegado una pancarta de más de 120 metros cuadrados en la planta incineradora de Son Reus en la isla de Mallorca con el lema “quemar basuras contamina”. Los ecologistas quieren denunciar así una de las prácticas más contaminantes, la incineración de residuos. 18 febrero 2008. (c) Greenpeace/Pedro Armestre.
Varios activistas de Greenpeace desplegan una pancarta de más de 120 metros cuadrados en la planta incineradora de Son Reus en la isla de Mallorca con el lema “quemar basuras contamina”.
Greenpeace termina la acción de Son Reus después de reunirse con la consellera de medio ambiente, Catalina Julvé, y el director insular de residuos, Guillem Riera, y tras acordar con el Ayuntamiento de Palma una reunión que se celebrará en las próximas semanas.
Greenpeace termina la acción de Son Reus después de reunirse con la consellera de medio ambiente, Catalina Julvé, y el director insular de residuos, Guillem Riera, y tras acordar con el Ayuntamiento de Palma una reunión que se celebrará en las próximas semanas.
Greenpeace termina la acción de Son Reus después de reunirse con la consellera de medio ambiente, Catalina Julvé, y el director insular de residuos, Guillem Riera, y tras acordar con el Ayuntamiento de Palma una reunión que se celebrará en las próximas semanas.
A primera hora de la mañana de hoy, varios activistas de Greenpeace han desplegado una pancarta de más de 120 metros cuadrados en la planta incineradora de Son Reus en la isla de Mallorca con el lema “quemar basuras contamina”. Los ecologistas quieren denunciar así una de las prácticas más contaminantes, la incineración de residuos. 18 febrero 2008. (c) Greenpeace/Pedro Armestre.
El Consell Insular no ha mostrado ningún ánimo negociador y su
único objetivo ha sido defender el Plan Director de Residuos
negándose a cualquier tipo de modificación que suponga apostar por
la reducción de la generación de basuras, la recuperación y el
reciclaje de los residuos.
La consellera ha entregado a Greenpeace, como información
científica, el resultado de dos muestras puntuales recogidas por el
propio Consell y la empresa TIRME, que no contemplan la
independencia necesaria para que tengan objetividad y, por tanto,
validez científica.
No existe hoy en ningún lugar del mundo una incineradora que no
contamine ni libere sustancias tan contaminantes y persistentes
como dioxinas, furanos, PAHs u organoclorados, muchas de ellas ni
siquiera contempladas en los análisis del Consell cuando son
compuestos cancerígenos, capaces de alterar el sistema hormonal y
dañar los sistemas inmumológicos, reproductor y nervioso e
interferir en el desarrollo intelectual infantil.
"Greenpeace se pregunta cómo cediendo a los intereses económicos
de una empresa como TIRME hasta el año 2041, que son los de obtener
beneficios quemando basura, van a alcanzar los niveles de reciclaje
necesarios para acabar con este grave foco de contaminación en la
isla. En el 2041 la situación de contaminación será irreversible",
ha afirmado Julio Barea, responsable de la campaña de
contaminación.
La consellera incluso ha mantenido durante la reunión la premisa
de que las cenizas y escorias que salen de la incineradora no son
tóxicas y peligrosas. Esto indica, entre otras cosas, que el
Consell no está gestionando estos residuos de forma adecuada para
minimizar sus graves impactos ambientales y sanitarios. Catalina
Julvé ha reconocido, además, que parte de las escorias (76.670
toneladas) que se producen en Son Reus acaban en la cementera de
CEMEX, en Lloseta. Esto confirma que el Consell está permitiendo
que la contaminación se extienda por toda la isla a través del
cemento y los materiales de construcción.
Greenpeace se une a la felicitación a los mallorquines por su
esfuerzo y avance en la separación de residuos y espera que el
Consell sea respetuoso con la ciudadanía, deje de quemarlos en la
incineradora y ponga en marcha las plantas de compostaje y
reciclaje con los que cuenta la isla y que están funcionado a
niveles ridículos. De hecho, el propio Consell ha reconocido en
esta reunión que la recuperación de la materia orgánica no llega al
1%.