Comunicado de prensa - abril 1, 2008
Greenpeace cree que las tarifas eléctricas deben estar basadas en el principio de transparencia, de manera que los consumidores conozcan fielmente el verdadero coste de cada una de las actividades necesarias para suministrarles la electricidad. La aplicación de este principio es condición necesaria para que los consumidores puedan ejercer su derecho a elegir el origen de la electricidad que compran, y para que se incentive un uso eficiente de la energía.
La organización ecologista ha hecho llegar sus propuestas a la
Comisión Nacional de Energía, en respuesta a la consulta pública
realizada por este organismo sobre la metodología para el
establecimiento de tarifas de acceso a las redes y de tarifas de
último recurso en el sector eléctrico (1). Las principales
propuestas de Greenpeace son:
- Las tarifas deben reflejar todos los costes con total
transparencia.
- Se deben eliminar de las tarifas las subvenciones a las
energías más sucias (nuclear y carbón). Esto supondría en 2008 un
ahorro de más de 233 millones de euros, que permitirían aumentar la
asignación a eficiencia energética en un 85%, sin que el consumidor
tuviese que pagar más.
- Las primas a la incineración de residuos deben
desaparecer, y no seguir encubiertas tras las de las renovables y
la cogeneración.
- Los costes reales de todas las actividades necesarias
para el suministro eléctrico deben ser pagados por quienes consumen
la electricidad, no por los impuestos de los contribuyentes.
- No es admisible seguir acumulando déficits que habrán de
pagar los consumidores futuros.
- Los costes se deben asignar proporcionalmente al consumo
de energía de cada consumidor en cada momento. Sólo los costes de
garantía de suministro y los permanentes deberían ser
proporcionales a la potencia contratada.
- Hay que evitar incentivos perversos e injustos, como las
tarifas más baratas a los mayores consumidores de energía.
- Se debe promover la eficiencia energética mediante
tarifas progresivas, de forma que el precio de cada kilovatio-hora
sea mayor (o menor) cuanto mayor (o menor) sea el consumo medido de
energía de cada consumidor.
- Los suministradores de último recurso han de tener la
obligación de realizar acciones de gestión de la demanda para
promover el ahorro de energía entre sus clientes.
- Los grupos de consumidores que puedan acogerse a la
tarifa de último recurso deben acotarse a aquellos con consumo
anual inferior a 7000 kWh o con potencia contratada inferior a 1
kW. El periodo transitorio debe ser lo más breve posible, y no
alargarse más de 2011. La problemática social de aquellos
consumidores con muchas personas bajo un mismo contrato (familias
numerosas, etc.) debe compensarse a través del IRPF.
- Otras medidas necesarias para asegurar el derecho a
elegir el origen de la electricidad y elegir energía limpia
incluyen: separación completa entre empresas (y grupos de empresas)
que realicen actividades de distribución y de generación de
electricidad, evitar que las garantías de origen se puedan vender
por separado de la electricidad que garantizan, reforzar las
exigencias ambientales para el etiquetado eléctrico y eliminar las
barreras para que los consumidores puedan acceder al mercado de la
electricidad.
"Unas tarifas transparentes son fundamentales para evitar
engaños" -ha declarado José Luis García Ortega, responsable de la
campaña de Cambio Climático y Energía de Greenpeace España-. "Los
consumidores tienen derecho a saber los conceptos por los que están
pagando, para así poder elegir".
(1) Aportación de Greenpeace a la consulta publica de la Comisión
Nacional de Energía sobre la metodología para el establecimiento de
tarifas de acceso a las redes y el establecimiento de las tarifas
de ultimo recurso en el sector eléctrico. Marzo de 2008