Comunicado de prensa - abril 26, 2006
El 28 de mayo de 2006, en el Pleno del Ayuntamiento de Vandellòs i l’Hospitalet de l’Infant (Tarragona), se debatirá la moción, presentada por ERC, en el que se pedirá que este municipio nunca albergue el Almacén Temporal Centralizado (ATC) de residuos radiactivos de alta actividad que promueve la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (ENRESA).
Activistas de Greenpeace "cierran" la nuclear de Vendellós-2 para recordar a Zapatero su compromiso de abandonar la energía nuclear. En la imagen activistas dentro de la central de Vandellós-2.
Desde que se presentó la moción, el alcalde Josep Castelnou, ha
intentado evitar que el Pleno pudiera aprobarla, con el fin de
dejar abierta la puerta a esta peligrosa instalación que albergaría
los residuos de alta actividad de todas las centrales nucleares
españolas. Sin embargo, Greenpeace ha podido conocer que el alcalde
ha ofrecido el municipio para ubicar el cementerio nuclear a ENRESA
a pesar de que él lo ha negado en varias ocasiones y en
declaraciones oficiales. Por esta razón, Greenpeace pide a Josep
Castelnou que pase de las palabras a los hechos y apoye con su voto
y el de su grupo la aprobación de esta moción para que Vandellós
nunca albergue el ATC.
La larguísima vida de los residuos de alta actividad, con su
altísima carga radiactiva, su enorme potencial radiotóxico, unido
al elevado coste económico de su gestión (al menos 13.800 millones
de euros según ENRESA), evidencian que el problema de los residuos
radiactivos es un problema de carácter social.
Hasta ahora, todos los intentos del Gobierno de instalar un
cementerio nuclear han fracasado tras provocar una inmensa
contestación social como los casos del proyecto IPES (Instalación
Piloto Experimental Subterránea) en Aldeadávila de la Rivera
(Salamanca), a finales de los 80, el proyecto de un ATC en Trillo
en 1989 o el proyecto de El Berrocal, en Toledo de 1992. Además, el
proyecto de búsqueda de emplazamientos de ENRESA, ya en su fase AFA
(lugares de Alta Favorabilidad), suscitó manifestaciones
multitudinarias en todos las zonas designadas como candidatos: Los
Pedroches (Córdoba), Arribes del Duero (Salamanca-Zamora), Burgos,
etc.
Greenpeace sostiene que un problema de carácter social no se
puede resolver sin un previo consenso social y político, por medio
del cual se pueda consensuar entre todos los agentes implicados un
acuerdo sobre el modo de gestión de los residuos nucleares con
garantías de éxito. ENRESA no encontrará ese consenso social si
pretende poner en marcha su proyecto de cementerio nuclear (ATC)
sin que previamente se haya aprobado el plan de cierre de las
centrales nucleares, ya que sólo el 4% de los españoles apoyan la
energía nuclear, como demuestra el último Eurobarómetro de la
Comisión Europea.
"Los españoles y españolas quieren que se cierren las centrales
nucleares y que nuestro modelo energético sea sostenible y se base,
por tanto, en las energías renovables y en el ahorro y la
eficiencia energética. Ese es el compromiso que el PSOE y el
presidente Zapatero tienen que cumplir" ha añadido Carlos Bravo,
responsable de la campaña de Energía Nuclear de Greenpeace. La
organización se va a oponer, activamente y de forma intensa, a la
formación de un Almacén Temporal Centralizado de residuos
radiactivos de alta actividad antes del cierre de todas las
centrales nucleares españolas.