Esta mañana, mientras el Jefe de Estado francés Nicolas Sarkozy se dirigía por primera vez al Parlamento Europeo en Estrasburgo, como nuevo Presidente del Consejo Europeo, activistas de Greenpeace sacaron unas pancartas en el hemiciclo para pedirle que revoque de forma urgente el acuerdo Sarkozy-Merkel en materia de coches y emisiones de CO2 que podría poner en peligro el clima. Fuera del Parlamento, otros activistas también desplegaban pancartas en las cuales se podía leer “Merkel and Sarkozy, Driving Climate Change” (Merkel y Sarkozy, cambio climático a toda velocidad).
Esta mañana, mientras el Jefe de Estado francés Nicolas Sarkozy se dirigía por primera vez al Parlamento Europeo en Estrasburgo, como nuevo Presidente del Consejo Europeo, activistas de Greenpeace sacaron unas pancartas en el hemiciclo para pedirle que revoque de forma urgente el acuerdo Sarkozy-Merkel en materia de coches y emisiones de CO2 que podría poner en peligro el clima.
En su discurso, Sarkozy volvió a recordar lo prioritaria que es
para su presidencia la legislación en materia de cambio climático.
Pero al mismo tiempo, el presidente francés está contradiciendo sus
palabras al haber firmado un acuerdo con Merkel que, de llevarse al
cabo, debilitaría fuertemente la legislación que la Unión Europea
quiere poner en marcha para limitar de forma obligatoria las
emisiones de CO2 de los turismos.
"El acuerdo entre Merkel y Sarkozy sobre emisiones de CO2 de los
coches es un muy mala noticia para el clima", ha declarado
Franziska Achterberg, responsable de la campaña de Transporte de
Greenpeace para la UE. "Una legislación efectiva podría aportar
mucho para frenar el rápido crecimiento de las emisiones que siguen
minando los esfuerzos de la UE por cumplir con Kioto. Si Francia
empieza su presidencia derrumbándose frente al lobby
automovilístico alemán, ¿cuáles serán las próximas trampas que se
introducirán en la legislación en materia de cambio climático de la
UE?".
El acuerdo franco-alemán propuesto retrasaría el objetivo de la
UE según el cual se quiere limitar las emisiones de CO2 de los
turismos a 120 g/km otros tres años más.
A pesar de todas las declaraciones hechas en sentido contrario,
el acuerdo significa que en 2015 los nuevos coches vendidos en
Europa podrían todavía emitir de media hasta 138g de CO2/km sin
incurrir en sanciones.[1]
El sector del transporte ha aumentado sus emisiones un 26% desde
1990, sin perspectivas de mejora.[2] La UE está en estos días
negociando unos límites para las emisiones de CO2 de los coches con
el objeto de reducirlas de forma obligatoria hasta 120 g/km para
2012, después de que la industria automovilística no haya sido
capaz de cumplir con su viejo compromiso voluntario.[3]
"Greenpeace pide a los demás 25 países de la UE, entre los
cuales España, que no acepten el acuerdo que lograron Sarkozy y
Merkel por que alejará definitivamente del alcance de los
ciudadanos los coches más eficientes y menos contaminantes, en
favor de una industria que no quiere asumir sus responsabilidades
frente al cambio climático", ha declarado Sara Pizzinato,
responsable de la campaña de Transporte de Greenpeace.
Greenpeace defiende que todavía queda tiempo para que el
Parlamento Europeo asegure en compromiso de la industria
automovilística. Para ello es imprescindible una legislación que
obligue a limitar las emisiones medias de la nueva flota vendida en
Europa a 120g/km y a 80g/km para 2020.
Notas
[1] Disponible una hoja informativa sobre el acuerdo
Sarkozy-Merkel en http://www.greenpeace.org/espana/reports/el-acuerdo-merkel-sarkozy-un
[2] Greenhouse gas emission trends and projections in Europe
2007. Tracking
progress towards Kyoto targets. EEA, 2007:
http://reports.eea.europa.eu/eea_report_2007_5/en
[3] A pesar de un haber suscrito un compromiso voluntario en
1998 para reducir las emisiones de CO2 de los nuevos coches a
140g/km para 2008, los fabricantes europeos de turismos tan sólo
lograron una media de 160g/km en 2006, muy lejos del objetivo.