Comunicado de prensa - junio 4, 2008
Esta mañana, mientras los Ministros europeos de Medio Ambiente llegaban a Luxemburgo para reunirse en Consejo y debatir sobre la limitación de las emisiones de CO2 de los automóviles, cinco activistas de Greenpeace han descolgado tres pancartas desde una grúa situada cerca del lugar de reunión para acusar a la industria automovilística de empeorar el “cambio climático a toda velocidad” (“Driving Climate Change”), al mismo tiempo que pedían límites de emisiones más ambiciosos.
Cinco escaladores despliegan tres pancartas en las que se puede leer "Conduciendo el cambio climático" con motivo del encuentro de los ministros de Medio Ambiente en Luxemburgo, 5 junio 2008.
El poderoso grupo de presión del automóvil, liderado por las
alemanas BMW, Volkswagen y Mercedes, está intentando imponer a la
Unión Europea (UE) un retraso más y medidas menos ambiciosas para
la regulación de las emisiones de CO2 de los turismos que se está
discutiendo. El objetivo más deseado por la industria es retrasar
la prevista entrada en vigor de la limitación a 120 g de CO2/km
para 2012 unos tres años más. La industria también está pidiendo
que se excluyan de las limitaciones más estrictas a los fabricantes
de coches de lujo y que además las sanciones, en caso de
incumplimiento, sean extremadamente bajas.
Países como Alemania y Suecia están apostando por la posición de
la industria del automóvil, para que ésta pueda seguir fabricando
coches cada vez más pesados y contaminantes.
"En el Día Mundial del Medio Ambiente los Ministros europeos
deben asegurar que la UE se plante frente al lobby del automóvil y
a sus demandas de la edad de la piedra" -ha declarado Sara
Pizzinato, responsable de la campaña de Transporte de Greenpeace.
"Hacerles caso, así como parece que ha hecho el Gobierno alemán,
podría poner en peligro la capacidad de la UE de cumplir sus
obligaciones internacionales para 2020."
Greenpeace pide a la UE que respete la preocupación de los
ciudadanos europeos por el cambio climático y decida finalmente
establecer un límite de las emisiones de CO2 de los nuevos coches
que se vendan en 2012 a 120g de CO2/km y a 80 g de CO2/km para
2020. Estos límites además deberán estar respaldados por unas
sanciones que actúen como verdadero elemento disuasorio. Además, es
inaceptable que se adopten medidas más blandas para los fabricantes
de coches más pesados y, por lo tanto, más ineficientes.
Greenpeace apoya el lema que ha lanzado Ban Ki Moon "¡Cambiemos
nuestros hábitos! Hacia una economía baja en carbono" y pide
urgentemente a la UE que demuestre su compromiso a hacer lo mismo,
a través de una legislación ambiciosa para limitar las emisiones de
CO2 de los nuevos turismos.