Acción de Greenpeace con las comunidades locales de Ecuador rompiendo un dique de una camaronera ilegal para devolver la vida al manglar
14. Trabajadores seleccionando langostinos en la planta de empacado de Ecuatesca. Casi el 50% de los manglares de Ecuador se han perdido, la mayoría por causa de la industria camaronera.
Vista aérea de un bosque de manglar destruido delante de un bosque de manglar intacto
Manglares, los bosques salados
Bosque de manglar con manglar rojo
¿Sabes lo que cuesta este manjar? No compres destrucción
Langostinos. Tan pequeños y deliciosos y, por increible que parezca cuánto daño pueden causar
Acción de Greenpeace en la puerta del Sol de Madrid, para pedir a los consumidores españoles que no compren langostinos de cultivo para proteger los manglares
Acción de Greenpeace en la puerta del Sol de Madrid, para pedir a los consumidores españoles que no compren langostinos de cultivo para proteger los manglares
Hoy 26 de julio, Día Internacional de los Manglares, comunidades
en todo el mundo, pescadores y mariscadoras, se manifiestan en
contra de la destrucción provocada por la industria dedicada al
cultivo de langostinos (1).
Los manglares son bosques costeros que se encuentran entre los
ecosistemas más valiosos y diversos en todo el mundo. Son
ecosistemas más productivos que los arrecifes de coral. La
principal amenaza a la que se enfrentan es el cultivo de
langostinos. Los bosques de manglar son talados para construir
piscinas en las que se cultiva este manjar. Según la FAO, la
Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación, entre 1980 y 2000 se perdió un 25% de la superficie
de manglares en todo el mundo (2).
Los manglares son además fundamentales en la protección de las
zonas costeras frente a temporales y otros fenómenos climáticos. La
destrucción causada por el reciente Tsunami en el sudeste asiático
o por el Huracan Mitch en 1998 afectó en mucha mayor medida a las
zonas que habían perdido sus bosques de manglar, principalmente
para cultivar langostinos, aumentando sustancialmente el impacto
humano de estas catástrofes.
Los impactos asociados al cultivo de langostinos no se
restringen a la tala de manglares. A esto hay que sumar el uso
intensivo de una amplia gama de productos químicos como
antibióticos, fungicidas, pesticidas, la pesca destructiva de
larvas de langostino y una huella humana brutal resultado del
desplazamiento de miles de comunidades de pescadores y otros
usuarios de los espacios costeros en todo el mundo.
Pese a que los impactos provocados por esta industria son bien
conocidos desde hace años, los últimos datos de confirman que
España sigue aumentando sus importaciones de estos productos, y las
previsiones indican que la tendencia continuará. La demanda de los
países más ricos - Estados Unidos, la Unión Europea y Japón - es el
principal motor de esta expansión.
"España es el principal importador
europeo y, como tal, los consumidores españoles deben conocer el enorme
impacto social y ambiental que se esconde detrás de uno de sus mariscos
preferidos. Seguimos denunciando el sacrificio de ecosistemas enteros
para satisfacer la demanda de un producto de lujo como los langostinos
en los mercados europeo, japonés y estadounidense".
-declaró Sebastián Losada, responsable de la campaña de manglares
de Greenpeace.
Uno de los casos que llama la atención es el de Brasil. Este
país ha aumentado espectacularmente su producción, pasando de
producir tan sólo 3.600 toneladas en 1997 a 90.000 toneladas en
2003. En Brasil, el desarrollo de esta industria ha venido
nuevamente asociado a problemas de contaminación, aparición de
enfermedades y se han producido recientemente numerosos casos de
violencia contra pescadores que han tratado de defender el manglar
contra el avance de las piscinas para cultivar langostinos.
Una de las consecuencias de estos monocultivos industriales es
la aparición de enfermedades. Este año se estima que la producción
venezolana en el Estado de Zulia, que ha aumentado en los últimos
años, está afectada en un 90% por el Síndrome de Taura, una
enfermedad que en el pasado ya ha diezmado las producciones de
diversos países.
En Ecuador, desde hace más de un año, seis comunidades de la
provincia de Guayas no disponen de agua potable debido a la
extracción desmesurada de agua por parte de la granja de
langostinos Exoporcity.
Un 99% de los langostinos cultivados en el mundo lo han sido en
países en desarrollo. La destrucción del manglar debida a la
instalación de las granjas de langostinos implica para la población
local la pérdida de acceso a recursos de los que depende
estrechamente: los manglares son zonas de pesca, de marisqueo,
proporcionan leña y protegen la costa de la erosión.
Greenpeace se ha puesto en contacto con importadores y
comercializadores de langostino cultivado en España, demandando
información básica sobre las condiciones en las que estos han sido
producidos. Entre la información demandada por Greenpeace se
encuentra la ubicación de las granjas de cultivo, la existencia de
autorizaciones para el desarrollo de esta actividad, la existencia
de sistemas de tratamiento de efluyentes, el uso de una amplia gama
de productos químicos o las condiciones laborales de los
trabajadores de estas instalaciones. Sin embargo, no hemos obtenido
respuesta.
"Muchos consumidores ni siquiera
saben que los langostinos que consumen provienen de su cultivo en
piscinas y que esta actividad ha devastado uno de los ecosistemas más
productivos en todo el mundo. Tras tres décadas de un elevadísimo
impacto social y ambiental, los consumidores tienen derecho, al igual
que las asociaciones que trabajan en defensa del medio ambiente, a
contar con toda la información sobre el origen de los langostinos de
cultivo que se venden en España. Con su silencio, la industria no hace
sino darnos la razón", añadió Losada.
Notas
(1) El 26 de
julio de 1998, Greenpeace participaba junto con FUNDECOL, una
organización no gubernamental ecuatoriana, en la reforestación de
una zona devastada por la instalación ilegal de una camaronera.
Durante esta acción, el médico del Rainbow Warrior, el buque
insignia de Greenpeace, murió de un ataque al corazón. Hoy, 5 años
después, la expansión de la industria camaronera continúa, por lo
que Greenpeace sigue pidiendo a los gobiernos de todo el mundo que
actúen contra la destrucción que esta industria genera y a los
consumidores que actúen de forma responsable y rechacen estos
productos.
(2) FAO releases new
global estimate of mangroves., 10 de marzo de 2003, disponible en
http://www.fao.org/english/newsroom/news/2003/15020-en.html