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Greenpeace pide a los consumidores españoles no consumir langostinos de cultivo para proteger los manglares

26 de julio, Día Internacional de los Manglares

Comunicado de prensa - julio 26, 2005
El cultivo de langostinos en países en desarrollo y la destrucción que acompaña a esta actividad industrial sigue aumentando. Pese a los conocidos impactos negativos de esta industria, España sigue incrementando sus importaciones de langostinos y esta tendencia continúa.

Acción de Greenpeace con las comunidades locales de Ecuador rompiendo un dique de una camaronera ilegal para devolver la vida al manglar

14. Trabajadores seleccionando langostinos en la planta de empacado de Ecuatesca. Casi el 50% de los manglares de Ecuador se han perdido, la mayoría por causa de la industria camaronera.

langostino tropical

Vista aérea de un bosque de manglar destruido delante de un bosque de manglar intacto

Manglares, los bosques salados

Bosque de manglar con manglar rojo

¿Sabes lo que cuesta este manjar? No compres destrucción

Langostinos. Tan pequeños y deliciosos y, por increible que parezca cuánto daño pueden causar

Acción de Greenpeace en la puerta del Sol de Madrid, para pedir a los consumidores españoles que no compren langostinos de cultivo para proteger los manglares

Acción de Greenpeace en la puerta del Sol de Madrid, para pedir a los consumidores españoles que no compren langostinos de cultivo para proteger los manglares

Hoy 26 de julio, Día Internacional de los Manglares, comunidades en todo el mundo, pescadores y mariscadoras, se manifiestan en contra de la destrucción provocada por la industria dedicada al cultivo de langostinos (1).

Los manglares son bosques costeros que se encuentran entre los ecosistemas más valiosos y diversos en todo el mundo. Son ecosistemas más productivos que los arrecifes de coral. La principal amenaza a la que se enfrentan es el cultivo de langostinos. Los bosques de manglar son talados para construir piscinas en las que se cultiva este manjar. Según la FAO, la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, entre 1980 y 2000 se perdió un 25% de la superficie de manglares en todo el mundo (2).

Los manglares son además fundamentales en la protección de las zonas costeras frente a temporales y otros fenómenos climáticos. La destrucción causada por el reciente Tsunami en el sudeste asiático o por el Huracan Mitch en 1998 afectó en mucha mayor medida a las zonas que habían perdido sus bosques de manglar, principalmente para cultivar langostinos, aumentando sustancialmente el impacto humano de estas catástrofes.

Los impactos asociados al cultivo de langostinos no se restringen a la tala de manglares. A esto hay que sumar el uso intensivo de una amplia gama de productos químicos como antibióticos, fungicidas, pesticidas, la pesca destructiva de larvas de langostino y una huella humana brutal resultado del desplazamiento de miles de comunidades de pescadores y otros usuarios de los espacios costeros en todo el mundo.

Pese a que los impactos provocados por esta industria son bien conocidos desde hace años, los últimos datos de confirman que España sigue aumentando sus importaciones de estos productos, y las previsiones indican que la tendencia continuará. La demanda de los países más ricos - Estados Unidos, la Unión Europea y Japón - es el principal motor de esta expansión.

"España es el principal importador europeo y, como tal, los consumidores españoles deben conocer el enorme impacto social y ambiental que se esconde detrás de uno de sus mariscos preferidos. Seguimos denunciando el sacrificio de ecosistemas enteros para satisfacer la demanda de un producto de lujo como los langostinos en los mercados europeo, japonés y estadounidense". -declaró Sebastián Losada, responsable de la campaña de manglares de Greenpeace.

Uno de los casos que llama la atención es el de Brasil. Este país ha aumentado espectacularmente su producción, pasando de producir tan sólo 3.600 toneladas en 1997 a 90.000 toneladas en 2003. En Brasil, el desarrollo de esta industria ha venido nuevamente asociado a problemas de contaminación, aparición de enfermedades y se han producido recientemente numerosos casos de violencia contra pescadores que han tratado de defender el manglar contra el avance de las piscinas para cultivar langostinos.

Una de las consecuencias de estos monocultivos industriales es la aparición de enfermedades. Este año se estima que la producción venezolana en el Estado de Zulia, que ha aumentado en los últimos años, está afectada en un 90% por el Síndrome de Taura, una enfermedad que en el pasado ya ha diezmado las producciones de diversos países.

En Ecuador, desde hace más de un año, seis comunidades de la provincia de Guayas no disponen de agua potable debido a la extracción desmesurada de agua por parte de la granja de langostinos Exoporcity.

Un 99% de los langostinos cultivados en el mundo lo han sido en países en desarrollo. La destrucción del manglar debida a la instalación de las granjas de langostinos implica para la población local la pérdida de acceso a recursos de los que depende estrechamente: los manglares son zonas de pesca, de marisqueo, proporcionan leña y protegen la costa de la erosión.

Greenpeace se ha puesto en contacto con importadores y comercializadores de langostino cultivado en España, demandando información básica sobre las condiciones en las que estos han sido producidos. Entre la información demandada por Greenpeace se encuentra la ubicación de las granjas de cultivo, la existencia de autorizaciones para el desarrollo de esta actividad, la existencia de sistemas de tratamiento de efluyentes, el uso de una amplia gama de productos químicos o las condiciones laborales de los trabajadores de estas instalaciones. Sin embargo, no hemos obtenido respuesta.

"Muchos consumidores ni siquiera saben que los langostinos que consumen provienen de su cultivo en piscinas y que esta actividad ha devastado uno de los ecosistemas más productivos en todo el mundo. Tras tres décadas de un elevadísimo impacto social y ambiental, los consumidores tienen derecho, al igual que las asociaciones que trabajan en defensa del medio ambiente, a contar con toda la información sobre el origen de los langostinos de cultivo que se venden en España. Con su silencio, la industria no hace sino darnos la razón", añadió Losada.

Notas
(1) El 26 de julio de 1998, Greenpeace participaba junto con FUNDECOL, una organización no gubernamental ecuatoriana, en la reforestación de una zona devastada por la instalación ilegal de una camaronera. Durante esta acción, el médico del Rainbow Warrior, el buque insignia de Greenpeace, murió de un ataque al corazón. Hoy, 5 años después, la expansión de la industria camaronera continúa, por lo que Greenpeace sigue pidiendo a los gobiernos de todo el mundo que actúen contra la destrucción que esta industria genera y a los consumidores que actúen de forma responsable y rechacen estos productos.

(2) FAO releases new global estimate of mangroves., 10 de marzo de 2003, disponible en http://www.fao.org/english/newsroom/news/2003/15020-en.html

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