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Greenpeace muestra su satisfacción por la madera empleada en la ampliación del Museo del Prado

El 90% de la madera utilizada en la pinacoteca ha sido certificada por el FSC

Comunicado de prensa - abril 1, 2007
Greenpeace celebra que la ampliación del Museo del Prado sea la primera obra pública que ha atendido a verdaderos criterios de sostenibilidad en la adquisición de madera. Aunque la inauguración oficial será en octubre, los 22.000 metros cuadrados de nuevas instalaciones están ya concluidos y se han mostrado en la visita que el pasado sábado realizó la Ministra de Cultura, Carmen Calvo.

Fachada oeste del Museo del Prado

En una carta remitida a la Ministra de Cultura el pasado mes de diciembre, Greenpeace felicitó al Ministerio por la decisión de emplear madera certificada por el FSC (Consejo de Administración Forestal). Este organismo independiente es el que tiene los estándares más rigurosos tanto sociales como ambientales y el único que cuenta con el beneplácito de las más importantes organizaciones de defensa ambiental.

Según Miguel Ángel Soto, responsable de la campaña de Bosques de Greenpeace, "éste es un hecho sin precedentes en España. Una obra pública, un edificio emblemático de la cultura española y mundial, además, ha sido construido incorporando uno de los criterios de sostenibilidad que la sociedad está demandando actualmente".

La última vez que se inauguró la ampliación de un museo, la organización ecologista no tuvo tan buena opinión de la misma. Fue en octubre de 2005 cuando Greenpeace realizó una acción en las nuevas instalaciones del Museo Reina Sofía denunciando que en las obras de ampliación se había comprado madera a empresas denunciadas y multadas en Brasil por comerciar con madera extraída ilegalmente de la selva amazónica, como demostraron en su informe Crimen forestal en el museo. En estas obras se empleó madera de jatoba para 6.000 m2 de suelo a lo que habría que sumar una cantidad considerable para paredes y falsos techos chapados con el mismo material.

Greenpeace celebra que la administración central haya aprendido del error cometido, cuyos efectos negativos sociales y ambientales afectaron al mayor bosque primario del planeta y a sus habitantes.

"Esperamos que cunda el ejemplo y en la Ley de Contratos del Sector Público, actualmente en proyecto, se imite la voluntad demostrada en esta obra y se apueste por criterios sociales y medioambientales sin excusas, tal y como afirmó la vicepresidenta Mª Teresa Fernández de la Vega cuando se elevó el proyecto de ley al Consejo de Ministros. El volumen de compra de las administraciones públicas obliga a que extremen la cautela en su política de compras y, al mismo tiempo, sirvan de ejemplo a la industria y a los ciudadanos, demostrando que se puede apostar por materiales que no comprometen el futuro de los bosques primarios, los que se conservan intactos, y la biodiversidad que albergan", afirmó Miguel Ángel.

El pasado 12 de marzo Greenpeace y WWF/Adena elaboraron una propuesta de enmiendas al proyecto de Ley en el que se ponía especial hincapié en la inclusión de parámetros sociales y ambientales estrictos a la hora de establecer los criterios de compras públicas.