Comunicado de prensa - julio 6, 2004
La tienda Disney, en el centro comercial de La Vaguada de Madrid, ha sido el lugar elegido por Greenpeace para lanzar hoy su Guía para comprar sin tóxicos. Unas 30 mujeres embarazadas y niños lactantes han acudido a la tienda Disney para exigir a los responsables que les informaran de qué productos tóxicos contenían las prendas adquiridas con anterioridad en esa tienda. Estas mujeres conocieron a través de la Guía para comprar sin Tóxicos de Greenpeace el preocupante contenido en sustancias químicas peligrosas de algunas prendas de la marca Disney. Esta guía establece una lista de productos y marcas en función de las sustancias tóxicas peligrosas que contienen. En la lista roja están aquellos productos que contienen sustancias capaces de provocar graves problemas de salud y en la verde las marcas y productos libres de químicos peligrosos.
La ropa de Disney contiene químicos tóxicos que se pueden sustituir. Marcas como H&M lo han hecho en todos sus productos.
El principal objetivo de la Guía para comprar sin Tóxicos es
dotar a los consumidores del derecho a elegir lo que compran
conociendo qué sustancias químicas contienen los productos, un
derecho que la legislación sobre químicos vigente está vulnerando,
aunque los fabricantes y comerciantes deberían ser capaces y estar
preparados para proporcionar dicha información.
"Muchas empresas se aferran a la débil legislación sobre
químicos vigente y se niegan a dar información al consumidor sobre
el potencial tóxico de sus productos, con lo que están vulnerando
el derecho a elegir libremente lo que compramos" -ha afirmado Sara
del Río, responsable de la campaña de Tóxicos de Greenpeace.
Una segunda razón para publicar esta guía es animar a los
fabricantes a sustituir las sustancias peligrosas por alternativas
más seguras. "Esta guía demuestra que ya existen alternativas
seguras en el mercado y que la única razón que puede llevar a una
empresa a no utilizarlas es sencillamente su despreocupación por la
protección de la salud pública ya que no hay obligación legal de
hacerlo y no conlleva un beneficio económico para la empresa a
corto plazo" -añadió Sara del Río.
Los fetos y los bebés son el grupo más vulnerable a los tóxicos,
porque están expuestos, desde el útero, a mayores concentraciones
de sustancias químicas peligrosas que los adultos. Los efectos de
estas sustancias durante el desarrollo pueden causar problemas de
salud permanentes e irreversibles y, algunos de ellos, pueden no
manifestarse hasta la edad adulta.
Greenpeace demandó a Disney en 2003 que asumiera su
responsabilidad de eliminar o sustituir las sustancias químicas
peligrosas de sus productos. La reacción de Disney consistió en
comunicar que sus productos cumplían la legalidad por lo que no
veían la necesidad de actuar. Sin embargo, cuando Disney concede
una licencia para utilizar su logotipo y sus dibujos establece
condiciones muy estrictas a los fabricantes, incluyendo condiciones
sobre el diseño y los colores utilizados. "La misma exigencia
debería tener para que no se utilicen sustancias químicas
peligrosas en los productos que fabrica o a los que les concede
licencia" -ha afirmado del Río.
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