Con un "NO" espectacular, de 60 metros de diámetro dibujado en un campo de maíz del Estado de México, Greenpeace dice NO a los transgénicos.
El director en jefe del Sistema Nacional de Sanidad, Inocuidad y
Calidad Agroalimentaria (SENASICA) pretende autorizar la siembra
experimental de maíz transgénico en el país a partir de este mes.
Además, está intentando evadir los procedimientos obligatorios que
establece la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente
Modificados (LBOGM) para autorizar la siembra experimental de maíz
transgénico en México (1). Estos procedimientos existen debido a la
gran importancia que tiene este cultivo, por ser México centro de
diversidad y de origen de multitud de variedades.
Además, la distancia que se estableció como medida de contención
(300 metros) es absolutamente insuficiente ya que numerosos
estudios constatan la imposible coexistencia entre los cultivos
transgénicos y los no transgénicos incluso a distancias
kilométricas (2).
Esta situación es especialmente grave en el caso de México, y en
particular en los estados propuestos para la siembra experimental
de maíz transgénico. En el estudio del Instituto Nacional de
Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP),
resultado del análisis sobre los Centros de Origen y Diversidad
Genética del maíz, se determina que Sinaloa es Centro de Origen y
Diversidad genética del maíz (diez razas), Tamaulipas es Centro de
Diversidad (cinco razas) y Sonora es Centro de Domesticación (ocho
razas).
"Las autoridades mexicanas en su afán por satisfacer los
intereses de la industria biotecnológica en la promoción de sus
semillas transgénicas olvidan el cumplimiento de la propia Ley de
Bioseguridad de OGM, así como la protección de México como centro
de origen del maíz. Además, debemos recordar que los promotores de
los transgénicos no han logrado comprobar su inocuidad para la
salud", declaró Aleira Lara, coordinadora de la campaña de
agricultura sustentable y transgénicos de Greenpeace.
En cuanto a España, sigue siendo el único país de la Unión
Europea (UE) que cultiva transgénicos a escala comercial. La
situación sigue siendo extremadamente preocupante, con una absoluta
falta de transparencia, inexistente trazabilidad, descontrol de los
cultivos experimentales y decenas de nuevas variedades modificadas
genéticamente aprobadas. El Gobierno español sigue tolerando el
cultivo de un maíz, el MON 810, cuya peligrosidad ha sido
claramente demostrada (3). "Mientras los mayores países productores
de maíz de la UE han prohibido los transgénicos (4), el Gobierno
español sigue favoreciendo los intereses de un puñado de empresas
sobre el interés general de la ciudadanía y del medio ambiente", ha
declarado Juan-Felipe Carrasco, responsable de la campaña de
transgénicos de Greenpeace.
Greenpeace presentó el pasado 28 de mayo un documento que recoge
una serie de testimonios de productores españoles que han sufrido
directa o indirectamente la contaminación por maíz transgénico
durante el año 2007 y cuyas realidades socio-económicas se ven
fuertemente agredidas por la presencia de este transgénico en
nuestros campos. "La coexistencia sigue siendo
imposible-Testimonios de la contaminación" (5) muestra una realidad
evidente: el maíz transgénico es un grave problema y la situación
que se vive en el único país europeo cuyo Gobierno tolera la
presencia de transgénicos a escala comercial en la UE es
desastrosa, no solamente para el medio ambiente sino también para
la economía rural y agraria. "España es la prueba irrefutable de
que esto no funciona", ha aclarado Carrasco.
A la vista de la experiencia de estos años en México y en
España, de las repercusiones socioeconómicas y humanas de la
presencia de maíz transgénico en nuestros territorios y de la
contaminación genética, es imprescindible que ambos gobiernos
aprovechen esta reunión para analizar esta realidad y actúen en
consecuencia. "La única alternativa es alinearse con los grandes
productores de maíz que rechazan los transgénicos, reconocer la
imposibilidad de la coexistencia y prohibir el maíz transgénico,
tanto en España como en México", ha concluido Lara.
Notas
(1) Las solicitudes de siembra de maíz transgénico realizadas en
el 2005, por las empresas Monsanto, Syngenta y Pioneer que se
presentaron para los estados de Sinaloa, Tamaulipas y Sonora no se
han sometido a consulta pública, tal y como ordena la LBOGM. En el
artículo 33 de esta ley se establece que, una vez que las
Secretarías correspondientes reciban una solicitud de permiso de
liberación al ambiente de OGM, deberán remitirla al Registro, para
su inscripción y publicidad y pondrá a disposición del público
dicha solicitud, para su consulta pública, en un plazo de 20 días
hábiles a partir de la fecha de publicación.
(2) Klein et coll, 2003; Rosi-Marshall et coll, 2007; Brunet
2006), (Kuest; Chapela 2001), (A. Messean 2006).
(3) En el mes de enero, a raíz de las nuevas evidencias
científicas y ante la acumulación de incertidumbres tecnológicas y
medio ambientales, el gobierno francés puso en marcha una moratoria
sobre este mismo maíz. El ejecutivo de Sarkozy se acogió para ello
a la "Cláusula de Salvaguardia" de la directiva sobre transgénicos
2001/18, prevista para aquellos casos en que un estado miembro
disponga de datos según los cuales un OMG constituya un riesgo para
la salud o el medio ambiente.
(4) Rumanía (primer productor de maíz europeo con 3 millones de
hectáreas) se convirtió recientemente en el séptimo estado miembro
que prohíbe las variedades transgénicas, siguiendo el movimiento de
Francia, Hungría, Italia, Grecia, Austria y Polonia.
(5) El informe puede encontrarse en la siguiente dirección:
http://www.greenpeace.org/espana/reports/la-coexistencia-sigue-siendo-i