El buque pesquero portugués "Santa Cristina", arrastrando Maruca (Sabastes Marinus) desde la profundidade de 650 m en el Oceáno Atlántico Noroeste.
El barco de Greenpeace, Esperanza, está documentando la pesca de arrastre de profundidad en esta zona.
El informe documenta las actividades de los buques arrastreros
observados en el Atlántico norte por Greenpeace en varias
expediciones durante 2004 y 2005. Varios de los buques habían sido
identificados anteriormente por infringir las escasas normas que
tratan de regular las pesquerías que se desarrollan en estas aguas,
a pesar de lo cual continúan pescando. En el momento de su
avistamiento, todos los buques observados eran propiedad de
ciudadanos europeos o portaban la bandera de países
comunitarios.
El arrastre de fondo en aguas internacionales ha sido reconocido
como uno de métodos de pesca más destructivos . Emplea pesadas
redes que son arrastradas por el fondo marino para capturar y
arrancar todo lo que encuentra a su paso, una práctica que ha
convertido valiosos hábitats marinos en desiertos y ha diezmado las
poblaciones de especies de aguas profundas de crecimiento muy
lento.
Según el informe de Greenpeace, unos pocos cientos de barcos
son responsables de la devastación de amplias áreas de los océanos
del planeta. Además, el 60% de estos barcos están abanderados en
países comunitarios, principalmente en España, Dinamarca y
Francia.
"Intereses europeos están alimentando la que es reconocida como
una de las mayores amenazas a la biodiversidad marina: el arrastre
de fondo en aguas internacionales", declaró Sebastián Losada,
responsable de la campaña de océanos de Greenpeace. "El informe
muestra que Europa es líder en la destrucción de la vida de las
profundidades marinas. Esto puede y debe cambiar. Los gobiernos
europeos deben apoyar una moratoria sobre la pesca de arrastre en
aguas internacionales y asegurar que estos ricos ecosistemas son
salvados de la ruina".
Uno de los casos documentados en el informe es el del arrastrero
de profundidad Anuva, de bandera lituana, aunque gestionado por la
empresa de Vigo Pesquera Albri, S.A. El buque ha sido identificado
abanderado en Belize (1993), con bandera desconocida (en 1995 y
1997), en Sierra Leona (en 1998 y 1999), nuevamente en Belize
(1999) y Sierra Leona (2000) y por último, en Lituania desde el
año 2000. En noviembre de 2004 Greenpeace realizó una protesta
contra la actividad del Anuva en aguas del Atlántico Nordeste y
publicó un completo informe sobre sus actividades (1). Las
autoridades noruegas confirmaron que el buque figuraba en la lista
negra de buques que tienen prohibida la entrada en sus aguas por
infringir las normas de conservación de los recursos marinos. El
buque ya había sido identificado por la Organización de Pesca del
Atlántico Norte como sospechoso de pescar ilegalmente fletán negro,
una especie sometida a un estricto plan de recuperación debido a
la fuerte sobreexplotación que ha sufrido en los últimos años.
"Buques como el Anuva, vinculado desde 1993 hasta la actualidad
a una empresa con sede en Vigo, Blue Tide, S.L., son un ejemplo
perfecto del comportamiento de estas compañías, que cambian de
bandera frecuentemente para evitar la acción de la justicia y el
cumplimiento de las normativas de pesca. No entendemos cómo la
Audiencia Nacional puede admitir a trámite una querella de Blue
Tide, S.L. contra Greenpeace mientras España no hace nada contra
este tipo de compañías que suponen una amenaza para nuestros
maltrechos océanos", añadió Losada.
La presentación del Informe coincide con una reunión
interministerial de la OCDE (Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico) que se celebra en París sobre la pesca
Ilegal, No Declarada y No Reglamentada (INDNR), donde deben
diseñar estrategias para luchar contra la pesca pirata.
El mes pasado, los 25 Estados que componen la Unión Europea
afirmaron en Naciones Unidas que era necesario emprender acciones
urgentes para combatir las dos principales amenazas a la
biodiversidad marina: la pesca destructiva en las zonas profundas y
la pesca ilegal. "Las palabras están bien, pero preferimos que se
tomen medidas", declaró Remi Parmentier, portavoz de la Coalición
para la Conservación de las Profundidades Marinas, que agrupa a más
de 50 ONGs en todo el mundo y demanda a Naciones Unidas una
moratoria sobre el arrastre de fondo en aguas internacionales.
(1) El informe de Greenpeace
La vergüenza secreta del Anuva
(2) El informe completo en inglés: Aguas revueltas: atrapando en
la red a la flota europea de arrastre de profundidad está
disponible en www.greenpeace.es