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Greenpeace denuncia el robo de agua, la contaminación y el trasvase Tajo-Guadiana

Descenso del Guadiana del 20 al 28 de octubre

Comunicado de prensa - octubre 20, 2006
Greenpeace comenzó hoy el descenso del Guadiana con un recorrido por su Cuenca Alta. La organización explicó in situ los problemas que sufre este cauce ya en su nacimiento.

Descenso del Guadiana

Tramo del Guadiana extremeño invadido por el Jacinto de Agua. (2005)

Río Guadiana a su paso por Badajoz.(2005)

Alto Guadiana. Regleta indicando el nivel del agua al que llegaba el río en su nacimiento. (2006)

Parque Nacional de las Tablas de Daimiel. Hoy en día se mantiene de forma artificial gracias al bombeo de agua. En 2006 sólo se han inundado 30 Ha de las 2179 Ha inundables.

Ojos del Guadiana. Lugar del nacimiento natural del río donde rebosaba el agua del acuífero 23. Desde principios de los 80 no mana el agua por los Ojos.(2006)

El robo del agua, la contaminación, la especulación urbanística, la dejadez de la Administración que no cumple ni hace cumplir la ley han provocado la pérdida de las que podrían ser las mayores reservas de agua de la península ibérica. Ahora, el Ministerio de Medio Ambiente y la Junta de Castilla-La Mancha tratan de solucionar los problemas que esto genera trayendo agua desde otra cuenca en lugar de cerrar los 60.000 pozos ilegales que ellos mismos reconocen que existen en el Alto Guadiana.

El recorrido se realizó en cuatro etapas:

Ojos del Guadiana. Greenpeace mostró que los Ojos del Guadiana no brotan. Un problema que sufre el río desde hace más de 20 años. Por lo que el Guadiana, de hecho, no existe. Además, la organización, sobre el acuífero 23, que nutría los Ojos denunció:

* La dejadez de la Confederación que incluso reconoce que existen 60.000 pozos ilegales en el acuífero 23. Incluso sobre los mismos Ojos ocupando el cauce natural del río han mostrado cultivos de regadío.

* El aumento de la superficie de regadío en 150.000 hectáreas en las últimas dos décadas (el tamaño de dos veces Menorca). De ellas, la propia Confederación reconoce que 61.523 ha son ilegales.

* El robo del agua. Las extracciones de agua comenzaron a superar la recarga natural a comienzos de los 80. Desde entonces, el nivel del acuífero empezó a bajar, porque se extraía más agua que la que entraba. En el año 87, el acuífero 23 fue declarado sobreexplotado. A pesar de ello, las extracciones han ido aumentando cada año y hoy el nivel del agua del acuífero está 30 metros por debajo de la superficie.

Molino de Molemocho (Entrada en el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel). El Molino de Molemocho marca la entrada a la zona inundada. El cauce está seco hasta el mismo molino. Y es a partir de este punto donde se puede ver la zona inundada artificialmente por el bombeo de los pozos del Parque. Greenpeace denunció en este lugar:

* La sobreexplotación de los acuíferos 23 y 24 (los que alimentaban el nacimiento del río) que ha provocado la pérdida del 60,38% de los humedales del Alto Guadiana. Los humedales juegan un papel esencial en el ciclo hidrológico, porque son fundamentales en el almacenamiento hídrico y en la recarga de los acuíferos.

* El Parque Nacional (máxima figura de protección en España) de las Tablas de Daimiel es uno de los humedales que se han perdido. Hace 20 años, la superficie inundada de las Tablas era de 20 km2. Hoy el Parque mantiene agua en 1 km2 gracias al bombeo desde varios pozos y a las aportaciones de los vertidos de aguas residuales de Villarrubia de los Ojos. La situación es tan crítica que ya se escuchan voces reclamando la desclasificación de un Parque que se alimenta de forma artificial, en lugar de apostar por la recuperación de un entorno que de ser bien gestionado constituiría una de las mayores reservas de agua subterránea de la península ibérica.

* En un intento de recuperar el Alto Guadiana, la CHG cambió su política en 2004 y comenzó a abrir expedientes a agricultores por pozos ilegales. Apenas dos años despueś, el Ministerio de Medio Ambiente destituyó al Presidente y al Comisario por presiones de la Junta de Castilla-La Mancha.

Puente Navarro (Límite occidental del Parque): Este puente está en desuso porque el cauce que discurre por debajo está seco. En su lugar, el Parque ha construido una presa que retiene las aguas bombeadas en el humedal para poder cargarlo como un lago artificial. Greenpeace en este punto denunció:

* Que el Guadiana corre seco desde su nacimiento hasta su confluencia con el río Bullaque, 120 kilómetros aguas abajo de los Ojos. El único agua que existe en el Guadiana en esos kilómetros es la bombeada por el parque y la que aportan los vertidos urbanos de núcleos como Villarrubia de los Ojos, Daimiel, Malagón o Ciudad Real. Geográficamente, el río debería llamarse Bullaque, ya que es el primer aporte constante que recibe el cauce.

* La contaminación del agua. Al problema de la escasez de agua se suman los vertidos de aguas residuales urbanas e industriales, que en muchos casos son el único caudal que circula por los cauces. En las aguas embalsadas de Puente Navarro Greenpeace analizó ayer los niveles de amonio. Los resultados superan los 2 mg/l, el doble del nivel máximo permitido.

Las obras del trasvase Tajo-Guadiana. En el punto donde las obras del trasvase Tajo-Guadiana entran en terrenos del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel (sin conocimiento ni autorización del Patronato), Greenpeace denunció:

* La doble moral del Ministerio de Medio Ambiente y de la Junta de Castilla-La Mancha que llaman al trasvase eufemísticamente conducción para evitar la confrontación social que generan este tipo de infraestructuras.

* La intención de la Junta de copiar el modelo de Murcia y Valencia y traer agua desde el Tajo con la excusa de abastecer a Puerto Lápice y Ciudad Real, cuando en realidad quieren dotar de agua a complejos urbanísticos con campos de golf como el Reino de Don Quijote (5 campos de golf, 4.000 viviendas de lujo, un casino y varios lagos artificiales a costa de haber eliminado los naturales).

* El coste del trasvase, que saldrá de los Presupuestos Generales del Estado, es de más de 127 millones de euros (casi 21.200 millones de pesetas).