Comunicado de prensa - abril 15, 2009
Activistas japoneses han recibido en Shimonoseki (Japón) al buque ballenero Nisshin Maru con pancartas con el lema: "La caza de ballenas en la Antártida: encubrimientos, mentiras y 1,2 mil millones de yenes en impuestos".
Activista muestra documentación censurada sobre la caza de ballenas ante el Nisshin Maru el buque japonés que inicia la falsa caza de ballenas "científica"
La organización ecologista ha documentado la descarga de carne
de ballena del Nisshin Maru, obtenida tras la supuesta caza
"científica" llevada a cabo en el Santuario de Ballenas de la
Antártida. Esta carne es cortada y embalada a bordo de este buque
factoría y se descarga ya preparada para su venta en el
mercado.
El pasado año, cajas con carne de ballena fueron falsamente
etiquetadas como cajas que contenían cartón y enviadas por correo a
las casas de miembros de la tripulación. Un informador relató a
Greenpeace que ésta es una práctica común de la industria
ballenera, pero la Agencia Pesquera de Japón, el Instituto de
Investigación de Cetáceos y la compañía armadora Kyodo Senpaku lo
negaron públicamente. La versión de estos tres organismos es que
estas cajas con carne de ballena son "souvenirs" que se regalan a
los miembros de la tripulación.
Hace ya un año que los activistas Junichi Sato y Toru Suzuki
sacaron a la luz el escándalo que rodea al programa ballenero, por
lo que fueron detenidos acusados de robo y allanamiento de morada.
Ambos siguen a la espera de la celebración del juicio en el que se
enfrentan a penas de diez años de cárcel, mientras la justicia
japonesa no ha hecho nada para identificar a los verdaderos
responsables del escándalo.
La Agencia de Industria Pesquera de Japón prometió una mayor
transparencia, pero en enero volvió a ocultar la verdad presentando
los documentos que contenían los datos sobre la venta de carne de
ballena completamente censurados. La Agencia Pesquera de Japón, el
Instituto de Investigación de Cetáceos y la armadora Kyodo Senpaku
han denegado las peticiones realizadas por Greenpeace como
monitorizar las descargas de carne de ballena de este año.
"La flota ballenera tiene una historia de malversación,
Greenpeace ha pedido que la carne de ballena descargada sea
documentada" ha declarado Celia Ojeda, responsable de la campaña de
Océanos de Greenpeace. "Si los regalos de carne de ballena a la
tripulación son legales, la sociedad japonesa debería saber que
cantidad de los 1,2 billones de yenes (alrededor de 10 millones de
euros) que cuesta el programa ballenero se utiliza para financiar
estos souvenirs", conluyó.