Comunicado de prensa - septiembre 13, 2006
Greenpeace considera que la renuncia del Ayuntamiento de Peque a solicitar el cementerio nuclear de residuos radiactivos de alta actividad es una gran victoria social. Desde que el alcalde, Rafael Lobato, hiciera público su interés por albergar el cementerio, la ciudadanía de Peque y su comarca, además de grupos ecologistas, instituciones y grupos políticos, se han movilizado activamente en contra. Un proyecto de estas características habría supuesto hipotecar el futuro de esta comarca y hacerla renunciar para siempre a la posibilidad de un desarrollo sostenible.
Acción de Greenpeace en Garoña, para pedir al Gobierno el cierre de la central nuclear de Garoña, que sufre un imparable proceso de agrietamiento múltiple por corrosión que afecta a componentes de la vasija del reactor, fundamentales para la seguridad.
La peligrosidad de los residuos radiactivos persiste durante
decenas de miles de años, sin que exista ni ahora ni en un futuro
previsible ninguna solución técnica satisfactoria para su gestión
definitiva.
El caso de Peque demuestra el fracaso de la estrategia de la
Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (ENRESA) de alentar a los
alcaldes de toda España a ofrecerse como candidatos a albergar el
cementerio nuclear centralizado tentándolos con sustanciosas
"compensaciones" económicas a base de dinero público.
Greenpeace ha reiterado en diferentes ocasiones que estrategias
como éstas son inmorales y que no se podrá resolver este grave
problema sin abandonar previamente la energía nuclear y tratar de
resolver el problema ya creado de residuos radiactivos con consenso
social y político. Este consenso no será posible actuando a
espaldas de la ciudadanía y sin poner antes sobre la mesa un
calendario de cierre progresivo pero urgente de las centrales
nucleares.
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha
prometido en el último Debate sobre el Estado de la Nación que
presentará un plan de cierre de las nucleares antes del fin de esta
legislatura.