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Greenpeace bloquea la destrucción de las turberas de Indonesia para evitar la emisión de gases de efecto invernadero

La destrucción de los bosques de turberas es el origen de las altas emisiones de CO2 de Indonesia, el tercer emisor mundial de gases invernadero

Comunicado de prensa - octubre 29, 2007
Miembros de Greenpeace y comunidades locales han detenido hoy la destrucción de un área de bosque pantanoso de turbera ejecutada por PT Duta Palma, una empresa de aceite de palma, en Riau, provincia de Sumatra, Indonesia. Los activistas están construyendo cinco diques en canales de tres metros de profundidad que son utilizados para drenar y talar los bosques de turberas y convertirlos en una plantación de palma de aceite que podría ser contraria a la legislación de protección forestal indonesia y liberar enormes cantidades de gases de efecto invernadero.

Los orangutanes, que sólo viven en las islas del sudeste asiático,se encuentran en peligro de extinción por la desaparición de su hábitat.En la imagen un ejemplar joven.

Los orangutanes, que sólo viven en las islas del sudeste asiático, se encuentran en peligro de extinción por la desaparición de su hábitat.En la imagen un ejemplar joven.

Área de bosque recién quemada. Kalimantan, Indonesia.

Los orangutanes, que sólo viven en las islas del sudeste asiático,se encuentran en peligro de extinción por la desaparición de su hábitat. En la imagen un ejemplar joven.

Más de 30 activistas voluntarios de Greenpeace trabajan junto a vecinos de la zona en Sumatra (Indonesia) para contener las turberas.

Más de 30 voluntarios trabajarán durante una semana con los habitantes de la cercana aldea de Kuala Cenaku para construir los diques. Con ellos se pretende evitar el drenaje de las turberas y la consecuente liberación del dióxido de carbono (el principal gas causante del efecto invernadero) que almacenan [1]. Los diques también evitarán que la empresa aceitera queme ilegalmente las turberas que actualmente se encuentran inundadas (paso previo a la plantación de los ejemplares jóvenes de palma aceitera), lo que agravaría el calentamiento global.

"Las empresas de aceite de palma están incumpliendo la ley y drenando los importantes bosques de turberas que aún se conservan en Indonesia", afirmó Hapsoro, responsable de la campaña de Bosques de Greenpeace en el sudeste asiático. "Con esto agravan considerablemente el problema del cambio climático".

Según las investigaciones llevadas a cabo por Greenpeace en el Campamento en Defensa de los Bosques instalado cerca de las plantaciones de palma en Riau, PT Duta Palma y sus empresas filiales están violando flagrantemente las normativas indonesias de gestión forestal y un decreto presidencial indonesio diseñados para proteger las turberas [2].

Greenpeace ha establecido un Campamento en Defensa de los Bosques coincidiendo con la preparación de las negociaciones internacionales sobre el protocolo de Kioto que tendrán lugar en Bali, Indonesia, en diciembre, y para demostrar cómo la deforestación contribuye al calentamiento global. La organización está presionando para que se incluya en el tratado el objetivo de acabar con la deforestación, además de que se endurezcan los objetivos de obligado cumplimiento para reducir las emisiones procedentes de los usos energéticos. Greenpeace también quiere que el gobierno indonesio introduzca de inmediato una moratoria sobre la destrucción de los bosques de turberas y que asegure el desarrollo de un plan de acción efectivo contra los incendios forestales.

Las emisiones de gases de efecto invernadero debidas a la deforestación suponen cerca de una quinta parte del total de estas emisiones. La destrucción de los bosques pantanosos de turberas es el origen de las altas emisiones de CO2 de Indonesia que, según los últimos cálculos, hacen de este país el tercer mayor emisor de gases de efecto invernadero, sólo por detrás de China y EE.UU [3].

Evitar los serios impactos del cambio climático requiere grandes recortes en las emisiones derivadas de usos energéticos y una completa erradicación de la deforestación, según las conclusiones del Panel Intergubernamental de Cambio Climático de Naciones Unidas, el grupo de científicos que ha sido galardonado recientemente con el Premio Nobel de la Paz por su trabajo.

"Detener la deforestación debe ser una prioridad de los gobiernos y un objetivo firme en la siguiente fase del Protocolo de Kioto", afirmó Miguel Ángel Soto, responsable de la campaña de Bosques de Greenpeace España. "Proteger lo que aún queda de los bosques del planeta supondrá una reducción significativa, así de claro y simple. También asegurará el estilo de vida de millones de personas que dependen de los bosques para su supervivencia y protegerá a una enorme cantidad de plantas y animales por todo el planeta".

Greenpeace cree que todavía es posible evitar que los peores impactos del cambio climático -tales como los sucesos meteorológicos  extremos, las crisis hídricas  y la escasez de alimentos-  pongan a millones de personas en peligro. Aunque para ello es necesario una revolución en nuestra forma de producir energía y un fuerte compromiso para detener la deforestación a escala mundial. Con ese fin, más gobiernos deben comprometerse con unos objetivos de reducción de las emisiones mucho más ambiciosos en la segunda fase del Protocolo de Kioto. Esto debe acordarse en la próxima conferencia sobre el clima que se celebrará en Bali en diciembre.

Notas:

[1] Wetlands International estima que entre 1997 y 2006 los incendios de bosques de turberas en el sudeste asiático han emitido cada año 1.400 millones de toneladas de dióxido de carbono, con otros 600 millones de toneladas anuales emitidas por la descomposición causada por los drenajes.

[2] El decreto presidencial sobre Gestión de las Áreas Protegidas, Nº32/ de 25 de julio de 1990, especifica que "las cabeceras de los pantanos y las turberas de más de tres metros de profundidad deben ser protegidos".

Los criterios del Ministerio de Bosques de Indonesia para elegir las áreas en las que instalar plantaciones de palma de aceite, Nº376/1998 de 8 de abril de 1998, es una normativa sobre "Los criterios para la ubicación de plantaciones de aceite de palma en espacios forestales" y establece que "no están permitidas las plantaciones sobre suelos de turberas con más de dos metros de profundidad".

Las investigaciones realizadas por Greenpeace, en conjunción con expertos en turberas, muestran que las turberas de la concesión otorgada a PT Duta Palma alcanzan los ocho metros de profundidad. Esta investigación, bajo el título de  Peatland Survey in Duta Palma Concessions. Riau Province, Sumatra, Indonesia, está disponible en

http://www.greenpeace.org/international/press/reports/palmoilexpansion.

[3] CAIT Versión 4.0. Washington D.C. World Resources Institute, 2007.

Un breve informe sobre el Campamento de Defensa Forestal se encuentra en: http://www.greenpeace.org/international/press/reports/forest-defenders-camp-briefing