Comunicado de prensa - marzo 24, 2004
Cuando se cumplen 15 años del desastre del Exxon Valdez, Greenpeace demanda que la petrolera informe sobre el estado de Prince William Sound, la zona de Alaska en la que se vertieron más de 40.000 toneladas de petróleo.
En 1991 ExxonMobil se declaró culpable de infringir varias leyes medioambientales y pagó más de mil millones de dólares en juicios. Desde entonces, ExxonMobil, la mayor compañía de petróleo en el mundo, ha utilizado sus recursos económicos y poder para evitar cualquier futura responsabilidad en este caso.
El petróleo del Exxon Valdez, sigue contaminando Alaska
A principio de los noventa, Exxon financió el estudio que
concluyó que Prince William Sound se estaba recuperando. Sin
embargo, las investigaciones que se han realizado en los últimos 14
años determinan lo contrario. El último estudio publicado en la
revista Science concluye que no sólo no se está recuperando Prince
William Sound sino que está teniendo problemas adicionales por el
petróleo que todavía queda en la zona.
Greenpeace considera que la experiencia de Alaska debe ser
tenida en cuenta en las zonas afectadas por la catástrofe del
Prestige. Los estudios demuestran que los problemas derivados de
las mareas negras no se resuelven a corto plazo. En este sentido es
imprescindible la creación de una Comisión de Seguimiento de los
impactos ambientales del Prestige. En esta Comisión deberían estar
representadas las universidades que realizan estudios de
seguimiento, así como las organizaciones sociales interesadas.
En Prince William Sound 500 millas de costa se cubrieron con
petróleo, la mortandad de pájaros, nutrias y focas fue muy alta
después del vertido. Hoy en día y al contrario de lo que concluye
el estudio de ExxonMobil, todavía queda petróleo que sigue siendo
altamente tóxico, y está provocando un impacto a largo plazo en
peces, nutrias y patos. En el caso del Prestige se llegaron a
contaminar más de 3.000 kilómetros de costa.
Tanto el representante del Departamento de Conservación de Medio
Ambiente de Alaska, Dennis Kelso y el catedrático y científico
marino, Rick Steiner, opinan que las declaraciones que realizó
ExxonMobil después del vertido eran parte de una campaña para
mantener desinformada a la opinión pública, algo muy similar a los
que se ha vivido en España con el Prestige.
"Las tácticas que usa Exxon son bien conocidas y se basan en la
negación. Niega que el petróleo siga causando daños. Niega la
evidencia científica del cambio climático y demanda más
investigación antes de tomar medidas. En ambos temas lleva a cabo
campañas para hacer creer al mundo que es una empresa comprometida
con los temas sociales y medioambientales". "ha declarado Juan
López de Uralde, director ejecutivo de Greenpeace- "Las similitudes
con el Prestige son tantas, que en España se debería actuar sin
esperar a que pasen quince años"
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