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El buque "Don Pedro" no tenía permiso para transportar residuos peligrosos

Comunicado de prensa - septiembre 13, 2007
Según información a la que ha tenido acceso Greenpeace el buque “Don Pedro”, de la empresa Iscomar, que se hundió el pasado 11 de julio frente al puerto de Ibiza, no tenía permiso para transportar residuos peligrosos.

Varios turistas caminan entre las barreras de protección en la playa d'en Bossa, próxima al Parque Natural de Ses Salines. Tras el naufragio del buque "Don Pedro" en la isla de Ibiza. 14 Julio 2007.(c) Greenpeace/Pedro ARMESTRE

Este descontrol e incumplimiento de las directivas europeas confirma que la gestión de residuos peligrosos en España es muy deficiente y que tiene consecuencias muy graves. En particular, el transporte de baterías sin declarar vulnera la Directiva 2000/53/CE sobre vehículos al final de su vida útil, que exige a los gobiernos un control estricto del almacenamiento y tratamiento de vehículos.

Según respuesta del Ministerio de Medio Ambiente a una carta de Greenpeace se confirma que el buque "Don Pedro" transportaba ilegalmente residuos peligrosos. El buque, de acuerdo con la información enviada al Ministerio de Medio Ambiente por el Director de la Marina Mercante, transportaba 3.016 kg de baterías de coche agotadas y 12 bidones con sustancias potencialmente peligrosas (no se especifica qué tipo de sustancias son, a pesar de ser muy importante para poder determinar los potenciales impactos y la forma de actuación).

"El caso del buque Don Pedro pone de manifiesto el déficit en la gestión de sustancias peligrosas en España",- ha declarado Juan López de Uralde, Director ejecutivo de Greenpeace. -"Greenpeace recuerda que el pasado 27 de julio presentó una denuncia contra la empresa Iscomar por ocultar el transporte de residuos peligrosos y que seguirá de cerca la evolución de este caso."

Las baterías de coches son declaradas residuos peligrosos por la UE pues contienen ácido sulfúrico, un compuesto muy corrosivo, y plomo, un metal pesado altamente tóxico. El plomo, y sus compuestos, es bioacumulativo y persistente, lo que significa que su impacto en el medio ambiente y en la cadena trófica es muy grave y que puede tener graves consecuencias también para la salud. Además del envenenamiento directo, el plomo y sus compuestos pueden provocar, entre otros, los siguientes efectos en la salud: daño a los riñones, abortos, perturbación del sistema nervioso, daño al cerebro, disminución de la fertilidad a través del daño en el esperma, disminución de las habilidades de aprendizaje y perturbación en el comportamiento de los niños. Además el plomo puede entrar en el feto a través de la placenta de la madre, debido a esto puede causar serios daños al sistema nervioso y al cerebro aún antes del nacimiento.

En el ambiente marino es de resaltar que los efectos sobre la salud de los crustáceos pueden tener lugar incluso cuando sólo haya pequeñas concentraciones de plomo. Las funciones en el fitoplancton pueden ser perturbadas cuando interfiere con el plomo. El fitoplancton es una fuente importante de producción de oxígeno en los mares y muchos grandes animales marinos lo comen.

No sólo es urgente que se termine de retirar el fuel que el buque aún alberga en sus tanques. Hay que actuar también respecto a los residuos peligrosos que siguen en el fondo del mar. Solo así se puede minimizar el impacto de estos residuos sobre el ambiente marino y en última instancia sobre la salud humana.