Comunicado de prensa - febrero 16, 2009
Junichi y Toru se enfrentan a una pena de más de diez años de cárcel si resultan culpables por haber denunciado públicamente el mayor escándalo de corrupción en torno al programa de caza de ballenas, subvencionado por el Gobierno japonés.
Activistas de Greenpeace protestan en la embajada japonesa de Copenague y se ofrecen a ser arrestados como medida reivindicativa para pedir la libertad de Junichi y Toru
Los activistas de Greenpeace destaparon una red de contrabando
de carne de ballena procedente del programa de "caza científica" y
con su denuncia pretendían llamar la atención sobre el mal uso de
los impuestos japoneses y promover una investigación independiente
sobre este programa que sirve de excusa a Japón para seguir matando
ballenas en la Antártida (1).
La vista previa -cerrada al público y los medios de
comunicación- fue seguida por los abogados de los activistas,
incomprensiblemente acusados de robo y asalto a la propiedad.
"Los dos activistas no tuvieron intención alguna de adquirir
ilegalmente nada, que es uno de los elementos del delito de "robo"
según lo define la ley japonesa" ha declarado el abogado defensor,
Yuichi Kaido.
Kaido ha añadido además, que "desde la perspectiva de la
legislación internacional, los actos de Junichi y Toru fueron un
ejercicio del derecho de la libertad de expresión, que está
garantizada por el Convenio Internacional de los Derechos Políticos
y Civiles. Los tribunales internacionales han remarcado que el
respeto a la libertad de expresión es esencial en una
democracia".
La segunda vista previa al juicio (2) para los dos activistas
tendrá lugar el 23 de marzo, mientras que la fecha del comienzo del
juicio público no ha sido todavía fijada.
1. En abril de 2008, siguiendo las informaciones de un
informador que había trabajado en el programa de caza de ballenas,
Sato y Suzuki descubrieron firmes evidencias de la presencia de
carne de ballena que era enviada de forma secreta desde el barco
ballenero en cajas de cartón a las casas de tripulantes de la flota
ballenera para ser vendida posteriormente de forma fraudulenta en
el mercado negro. Sato entregó una caja con esta carne en la
oficina de la Fiscalía de Tokio en mayo de 2008 junto a un informe
con todos los datos de la trama de corrupción. Sin embargo, esta
trama dejó de ser investigada el 20 de junio de 2008, el mismo día
que ambos activistas fueron arrestados y retenidos durante 26 días
antes de ser acusados de robo y asalto a la propiedad. 2. Las
vistas previas al juicio forman parte de un procedimiento adoptado
por Japón previo a la introducción de los juicios con jurado, que
intenta acortar la duración de los procesos judiciales.