© Ralph Lee Hopkins. Vista aérea del Parque Nacional Cabo Pulmo, Baja California. México.
El punto de acuerdo, promovido por lo senadores Guillermo Enrique Marcos Tamborrel Suárez, Francisco Javier Obregón Espinoza, y Luis A. Coppola Joffroy, y tramitado a través de la comisión de medio ambiente, recursos naturales y pesca, reconoce la importancia ecológica del ecosistema de Cabo Pulmo, "la rica biodiversidad que existe en esta zona, y el elevado número de especies que alberga".
El proyecto Cabo Cortés, que promueve la empresa española Hansa Urbana, amenaza al arrecife de Cabo Pulmo, de gran importancia internacional al ser considerado como Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco y humedal de importancia internacional incluido en la lista Ramsar.
Si llega a ser edificado, Cabo Cortés podría causar daños irreparables a la reserva marina de Cabo Pulmo, ya que ahí se ubica el único arrecife coralino del Golfo de California. Por ello, Greenpeace ha exigido a la SEMARNAT que cancele este proyecto, que también viola el Plan de Ordenamiento Ecológico del municipio de Los Cabos al haber otorgado una concesión a Hansa Urbana para extraer 4.5 millones de metros cúbicos de agua al año y permitir la construcción de una marina que destruirá las dunas costeras.
Hasta ahora la SEMARNAT ha señalado que "modificará el resolutivo del proyecto Cabo Cortés, a fin de no causar afectaciones a la zona arrecifal Cabo Pulmo". Sin embargo, esto no significa que el proyecto sea cancelado en el futuro. En términos legales, Hansa todavía cuenta con el permiso para construir el complejo hotelero.
El exhorto de los senadores se suma a las opiniones de otras autoridades clave como la Comisión Nacional de Áreas Protegidas (CONANP), que en julio del 2009 emitió una opinión negativa sobre el informe de impacto ambiental presentado por la empresa Hansa, y sobre el impacto potencial del proyecto. También existe una opinión técnica de la Dirección General de Política Ambiental e Integración Regional y Sectorial de la Semarnat, que ha señalado la inviabilidad legal del proyecto dado que contraviene tanto el Plan de Ordenamiento Ecológico de Los Cabos como programas sectoriales y legislación.
Greenpeace exige a las autoridades mexicanas que impidan que este proyecto depredador del medio ambiente siga adelante. "De forma más general, deben cesar las autorizaciones de construcción del sector hotelero o residencial en zonas que son de gran importancia biológica para el país", señala Alejandro Olivera, de Greenpeace México.
También se reclama a la empresa Hansa Urbana, así como a otras del sector inmobiliario y turístico español, que cesen en su huida hacia adelante. "En la búsqueda de nuevos lugares donde construir, nuestras empresas sólo se guían por el criterio del máximo beneficio a corto plazo, en detrimento de las personas y del medio ambiente, exactamente el mismo modelo que ya aplicaron aquí y cuyos efectos perversos se han hecho más que patentes en estos años, especialmente con la destrucción de la costa española", ha asegurado Mabel González, de Greenpeace España.