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Greenpeace instala un campamento frente al Ministerio de Medio Ambiente para exigir la prohibición de los cultivos transgénicos

El Ministerio ha rechazado negociar una moratoria, mientras mantiene su firme apoyo a las multinacionales de los transgénicos a pesar del rechazo social

Comunicado de prensa - abril 16, 2010
Desde las 8 de la mañana, más de 40 activistas de Greenpeace han instalado de forma pacífica un campamento frente a la puerta principal del Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino en Madrid, para exigir al Gobierno la prohibición total de los cultivos transgénicos. Greenpeace ha intentado en numerosas ocasiones tratar este asunto con los responsables del Ministerio, que lejos de buscar el entendimiento, siguen dando prioridad a los intereses de las multinacionales de los transgénicos.

Desde las 8 de la mañana, más de 40 activistas de Greenpeace han instalado de forma pacífica un campamento frente a la puerta principal del Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino en Madrid, para exigir al Gobierno la prohibición total de los cultivos transgénicos.

Los voluntarios, que han colocado varias tiendas de campaña y se han encadenado, pretenden que el Ministerio reciba a la organización ecologista para tratar la cuestión de la moratoria a los Organismos Modificados Genéticamente (OMG). En las pancartas que portan se pueden leer mensajes como "Cultivos transgénicos prohibición ya" o "Los transgénicos no son alimento".

Asimismo, los activistas han depositado frente a las puertas del edificio varios sacos de un maíz transgénico de la multinacional Monsanto. "Es responsabilidad del Gobierno decidir qué hace con un OMG que sigue autorizado a pesar de sus comprobados daños", ha declarado Juan-Felipe Carrasco, responsable de la campaña de Transgénicos de Greenpeace. Los activistas también han entregado un camión cubierto de firmas que en las últimas semanas ha recorrido varios países europeos recabando la gran oposición social a los transgénicos.

España es el único país de la UE que cultiva transgénicos a gran escala a pesar de que se no consiguen mejores producciones, sino que contribuyen a acentuar las desigualdades sociales y los modelos de agricultura industrial, contaminante e insostenible. Greenpeace denuncia, además, que en España los cultivos se realizan con una absoluta falta de transparencia y control por parte de las autoridades que no evalúan los riesgos ni exigen a las empresas que respeten las leyes vigentes -a pesar de que la normativa europea, como la Directiva 2001/18/CE, prevé la creación de registros de los campos existentes- y la contaminación a otros cultivos no transgénicos está a la orden del día sin que las administraciones hagan nada para evitarlo.

En 2009, se cultivaron en nuestro país más de 76.000 hectáreas del maíz transgénico MON 810 -cuya patente pertenece a Monsanto-, el mismo que ha sido vetado por países de nuestro entorno como Francia, Alemania, Austria, Grecia, Luxemburgo, Irlanda, Polonia, Hungría o Italia. Cabe destacar que el año pasado España albergó la mitad de los ensayos experimentales al aire libre con estos peligrosos cultivos. Además, varios países, entre los que no se encuentra España, ya han anunciado que no permitirán el cultivo de la patata transgénica Amflora, de la multinacional BASF, aprobada a través de un procedimiento antidemocrático por la Comisión Europea.

"Los ciudadanos nos sentimos indefensos ante la actitud del Gobierno que antepone sistemáticamente los intereses de las empresas de los transgénicos a la salud de la población y a la protección de la naturaleza", ha señalado Carrasco.

Recientemente Greenpeace junto a representantes de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU) y la Coordinadora Europea Vía Campesina presentó en el Parlamento Europeo un informe sobre los graves impactos socioeconómicos de los transgénicos en España [1].

En éste se denuncia también la enorme dificultad y oscurantismo existente para obtener datos sobre los impactos que provocan. "Por todo ello, ha llegado la hora de prohibir definitivamente los transgénicos en España, empezando por el MON 810", ha añadido Carrasco, "Greenpeace seguirá frente al ministerio hasta que sea el clamor popular quien, el sábado al medio día, sustituya a los activistas de la organización".

Tras la multitudinaria manifestación contra los transgénicos celebrada el año pasado en Zaragoza, mañana, sábado 17, la sociedad civil [2] volverá a mostrar su repulsa a los transgénicos con otra gran manifestación en Madrid. Colectivos y organizaciones ecologistas, sociales, de consumidores y de agricultores se unirán bajo el lema "Por una agricultura y una alimentación libres de transgénicos", que supondrá el broche final a las decenas de acciones desarrolladas por todo el país dentro de la Semana Estatal de Lucha contra los transgénicos.

Notas:

[1] Implicaciones socioeconómicas de la introducción de OMGs en el mercado para su cultivo:  http://www.greenpeace.org/raw/content/espana/reports/100324-01.pdf

[2] El pasado mes de marzo, se presentó la Declaración de la Sociedad Civil contra el uso de transgénicos en agricultura y alimentación, con el apoyo de más de 500 científicos, docentes y representantes de multitud de sectores sociales:

http://www.greenpeace.org/espana/campaigns/transgenicos/manifiesto-contra-los-transgen

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