Comunicado de prensa - marzo 25, 2010
Greenpeace se ha dirigido hoy a los jefes de Estado de la Unión Europea (UE), reunidos desde esta mañana en Bruselas, para pedirles que en sus debate sobre la reconstrucción de la economía europea tras la crisis tomen en consideración las limitaciones que el sistema energético actual representa para la recuperación económica.
La presidencia española de la UE ha fijado como una
de sus prioridades la recuperación económica y la
creación de empleo.
En este sentido, Greenpeace ha señalado que el Plan de la Comisión para crear una estrategia a 2020 no menciona la naturaleza finita de los recursos en la que se basa la economía europea en la actualidad: el petróleo, la tierra o el agua.
"La crisis económica tiene mucho que ver con el hecho de que los recursos en los que se basa la economía son limitados" ha afirmado Aida Vila, responsable de la campaña Cambio climático y Energía de Greenpeace. "La solución a la crisis y la recuperación del bienestar europeo no pasa por promover un aumento en el consumo de estos recursos sino por promover un nuevo sistema energético que, además de basarse en recursos infinitos como el viento o el sol, genere el empleo que la UE necesita".
Greenpeace ha destacado dos aspectos importantes que están siendo infravalorados en las actuales propuestas presentadas en el marco de la agenda de crecimiento de la UE para 2020:
- El descenso del número de hectáreas de tierra fértil, el agotamiento de recursos como el petróleo o el carbón en el marco de la UE y la volatilidad de los precios derivada de la necesidad de importar combustible.
- La capacidad de las energías limpias implica a la economía, el empleo, la seguridad energética y la mitigación del cambio climático. Un sistema de generación simple no puede compatibilizar la rigidez del carbón y la nuclear con grandes aportaciones de las energías renovables y, si bien la estrategia de la Comisión para 2020 reconoce el potencial de las renovables y apoya un sistema energético europeo inteligente e interconectado, con más renovables y mayor eficiencia, los gobiernos europeos no eliminan el carbón ni la energía nuclear, lo que impide el desarrollo de un sistema flexible que pueda acoplar el desarrollo necesario de las energías verdes.