Comunicado de prensa - enero 16, 2010
En la última vista previa antes del juicio de Toru Suzuki y Junichi Sato, que tuvo lugar ayer en Aomori (Japón), se dio un paso adelante en la defensa de estos dos activistas al conseguir que el tribunal acepte poner el programa ballenero japonés en juicio y defender el principio de resistencia pacífica pasiva. Los abogados defensores de los dos activistas celebran hoy, tras reiteradas negativas, que por fin el tribunal haya aceptado la inclusión de todos los testigos clave en el juicio.
Una veintena de activistas de Greenpeace han desplegado frente a la embajada de Japón en Madrid una pancarta con el lema “Justicia para Greenpeace. Justicia para las ballenas”.
Asimismo, Greenpeace aplaude que se hayan incluido en la lista
de testigos de la defensa tres miembros de la tripulación de la
flota ballenera japonesa. Uno de ellos fue quien pidió a Greenpeace
que investigase y denunciase la corrupción y malversación que
existía dentro del programa de caza "científica" de ballenas.
Otro de los testigos del juicio será el catedrático Dirk
Voorhoof, de la Universidad de Gante (Bélgica), experto sobre la
libertad de expresión y el Convenio Internacional sobre Derechos
Civiles y Políticos (ICCPR).
Sin embargo, el tribunal rechazó pruebas claves del catedrático
Donald Rothwell, que discrepan sobre la legalidad del programa de
caza "científica" de ballenas en Japón. Que este catedrático fuese
aceptado en la defensa sería una victoria importante en el juicio
de los dos activistas.
"El hecho de que la opinión de Voorhoof, un académico
extranjero, haya sido aceptada es muy significativo"- ha declarado
Celia Ojeda, responsable de la campaña de Océanos de Greenpeace.
"El tribunal le ha concedido un día entero del juicio para que se
presenten pruebas sobre cómo éste podría incurrir en una violación
de la libertad de expresión y como Junichi Sato y Toru Suzuki están
protegidos por el Convenio Internacional sobre Derechos Civiles y
Políticos (ICCPR)".
Aunque se ha prolongado mucho, finalmente parece que el tribunal
de Tokio ha entendido la importancia de este caso. Greenpeace pide
un juicio justo para estos dos activistas y que se reabra la
investigación sobre la malversación y escándalo de la venta en el
mercado negro de carne de ballena procedente de la caza
"científica" de Japón.