Atún rojo dentro de una jaula de transporte en Turquía. Junio 2006. Si no se toman medidas urgentes en la gestión del atún rojo en el Mediterráneo, esta especie puede sufrir el mismo destino que el bacalao: el colapso de la pesquería.
Los últimos datos científicos demuestran que, para los stocks se
recuperen en un 50% en 2023, la captura anual del atún rojo debería
de limitarse a 8.000 toneladas (1).
A pesar de las repetidas llamadas para el cierre de la
pesquería, la Comunidad Europea, los países pesqueros del
Mediterráneo y Japón han forzado en esta reunión anual que se
establezca una captura de 13.500 toneladas (las actuales son unas
19.950 toneladas).
"Un año más, ICCAT ha vuelto a fallar eliminando cualquier
posibilidad de recuperación del atún rojo. Además, esta reunión ha
demostrado que los estados pesqueros son incapaces de respetar sus
propias medidas de control, y que no son conscientes de la
sobre-capacidad de su flota pesquera" ha declarado Celia Ojeda,
responsable de Océanos de Greenpeace. "Una prohibición del comercio
internacional de atún rojo y la protección de sus zonas de desove
son ahora las dos únicas medidas para salvar esta especie de su
extinción comercial".
La asociación ecologista denuncia que los miembros de ICCAT han
establecido desesperadamente limites de cuota para evitar la
"amenaza" sobre la prohibición del comercio internacional de esta
especie si se incluyese en el Apéndice I del Convenio CITES. Esta
inclusión está apoyada por los propios científicos del ICCAT que
recientemente demostraron que la actual población reproductiva de
esta especie es menor de un 15%, lo que significa que el atún rojo
cumple los criterios para ser incluido en CITES (1).
"Se hace patente la incompetencia de ICCAT al no tomar medidas
para proteger especies de tortugas, tiburones y aves. Su decisión
ha sido un acuerdo de 'tratar estos temas en la reunión del año
que viene'" ha declarado Ojeda.
Además de todo esto, y contrariamente a las resoluciones tomadas
por la Asamblea General de las Naciones Unidas, los miembros de
ICCAT han permitido que Marruecos continúe usando el arte ilegal de
pesca de redes de deriva hasta 2012 (2).
Estas redes calificadas como "cortinas de la muerte" y que
pescan ilegalmente pez espada, vendido en los mercados europeos,
matan anualmente en el Mediterráneo a unos 4.000 delfines y 25.000
tiburones pelágicos (3). Esta decisión ha sido apoyada por la Unión
Europea, representada en Recife (Brasil) por la Comisión Europea, y
por Estados Unidos.
No se puede ignorar el alcance de la desastrosa gestión de ICCAT
y otras organizaciones regionales de pesca en actuar
responsablemente sobre los recursos marinos. Estas decisiones nos
conducen a la urgente necesidad de establecer una gestión de los
ecosistemas marinos hacia una gestión integrada que se base en un
principio de aproximación ecosistémica y específicamente establezca
una red de reservas a gran escala que proteja tanto aguas
nacionales como internacionales (4).
Notas:
(1) Informe de los resultados obtenidos por los científicos de
ICCAT, disponible en
http://www.greenpeace.org/espana/news/los-cient-ficos-apoyan-la-prop
Esta guía ha sido desarrollada por WWF, Greenpeace and The Pew
Environment Group, todos ellos participaron en las reuniones del
comité científico.
(2) El uso de redes de deriva está prohibido por resolución de
la Asamblea General de Naciones Unidas (UNGA Resolutions n. 44/255
e n. 46/215), la Comisión Internacional para la Conservación del
Atún Atlántico (ICCAT Recommendation 03-04), La Comisión General de
Pesca del Mediterráneo (CGPM) y la Unión Europea (EC Regulación
EC/1239/98).
(3) Biological Conservation 121 (2005) 65-78.
(4) Informe sobre Mediterranean marine governance: A vision for
a sustainable future disponible en http://www.greenpeace.org/international/press/reports/mediterranean-marine-governanc