Tres activistas de Greenpeace han subido al buque de carbón Federico II en aguas cercanas a la Bahía de Algeciras (Cádiz) para pedir a José Luis Rodríguez Zapatero que deje de apoyar el carbón y que acuda a la cumbre del clima en Copenhague a defender un acuerdo para salvar el clima.
La Guardia Civil ha detenido a diez activistas y un operador de cámara freelance en aguas de la bahía de Algeciras durante la acción de la organización ecologista contra el buque carbonero Federico II.
Desde las once de la mañana, Estrella y Vicenç, protagonistas de
la campaña de Greenpeace Activistas por el clima, participan en esta
acción pacífica. Tres activistas, Vicenç entre ellos, se encuentran
a bordo del buque Federico II, de 240 metros de eslora y cargada
con 88.500 toneladas de carbón procedentes de Colombia de la
compañía Drummond (1). El destino de este carbón es la central
térmica de Los Barrios (Cádiz), propiedad de la compañía Enel.
Greenpeace expone con esta acción que el principal causante del
cambio climático es la quema de carbón mientras el Gobierno
pretende dar luz verde esta semana a un Decreto para
financiarlo.
"José Luis Rodríguez Zapatero no puede pagar a las eléctricas
para que quemen carbón, abandonar la lucha contra el cambio
climático y pensar que la sociedad no se lo va a tener en cuenta"
ha declarado Juan López de Uralde, director Ejecutivo de Greenpeace
España.
A falta de 28 días para que comience en Copenhague la cumbre
mundial sobre cambio climático, Greenpeace señala al mayor emisor
de CO2: el carbón. Un día después de finalizar en Barcelona la
última reunión de Naciones Unidas sobre cambio climático, donde los
representantes de los países en desarrollo exigieron unánimemente
que los países desarrollados reduzcan sus emisiones al menos un
40%, para el año 2020, respecto de los niveles de 1990, y donde
destacó muy negativamente el papel de Estados Unidos. Se ha
mantenido impasible ante el clamor de los delegados que representan
a la aplastante mayoría de la población mundial, que piden socorro
frente a la catástrofe climática que se les avecina.
"Mientras los países ricos seguimos quemando y financiando al
carbón, y somos incapaces de ponernos de acuerdo para reducir
nuestras emisiones, los más pobres sufren ya graves daños por el
cambio climático sobre sus economías y sobre sus poblaciones" -ha
declarado Raquel Montón, responsable de la campaña Cambio climático
de Greenpeace.
En España no es posible producir carbón a costes competitivos
con el mercado mundial y se importa alrededor del 60%, muy por
encima de la media internacional. Por ello, y con la falsa excusa
de la seguridad de suministro, se pretende aprobar esta semana un
Real Decreto (2) que primará la quema de carbón nacional en las
centrales térmicas. Con ello no sólo no se evitará la inevitable
desaparición de un sector no competitivo como el carbón, también se
perjudicará al medio ambiente y a la lucha contra el cambio
climático, no favorecerá la creación de empleo, aumentará los
costes totales del sistema eléctrico, romperá con las reglas del
mercado, perjudicará a las energías renovables, será contrario a la
normativa europea, y obligará a pagar por el carbón importado en
concepto de "lucro cesante".
Según Greenpeace, de esta manera, y en un contexto de crisis
económica, se está haciendo falsamente rentable un negocio que
pagamos todos y que además incrementa el cambio climático.
"Intentan engañarnos los que dicen que hay que quemar carbón
para mantener el suministro y los empleos, y también nos engañan
los que dicen que no es posible en Copenhague un acuerdo porque no
hay suficiente tiempo", ha declarado Raquel Montón, responsable de
la campaña Cambio climático de Greenpeace.
(1) En Colombia, las comunidades indígenas se están viendo
amenazadas y forzadas a abandonar sus tierras para dejar sitio a
las minas de carbón. La lucha de los trabajadores mineros para
mejorar las condiciones en la mina ha terminado con el asesinato de
cuatro sindicalistas en Colombia. Cuatro líderes del sindicato de
mineros Sintamienergética, que trabajaban en la mina Drummond -una
compañía del carbón de capital estadounidense- en el norte de
Colombia, fueron asesinados en 2001 por grupos paramilitares cerca
del centro de operaciones de La Loma. El caso fue llevado ante los
tribunales estadounidenses para dejar clara la vinculación entre
Drummond y los paramilitares, así como la violencia contra los
trabajadores en Colombia. Al final Drummond fue declarada "no
responsable" de las muertes de los sindicalistas. Fallo del
tribunal que, sin duda, ha empeorado las condiciones de los
trabajadores y ha exacerbado el conflicto entre el sindicato y la
compañía. Éste es sólo un ejemplo de cómo inciden los impactos del
carbón en los derechos humanos en Colombia y cualquier otro lugar
del mundo. El Carbón, un futuro negro
[http://www.greenpeace.org/espana/reports/09-06-12] (2) Greenpeace
ha presentado alegaciones a la Propuesta de Real Decreto, se pueden
consultar en http://www.greenpeace.org/espana/reports/091030-15