Por el contrario, todo parece indicar que seguirá siendo el peor
enemigo de la biodiversidad y de la lucha contra el cambio
climático, además de un derroche de fondos públicos destinados a
asfaltar el territorio. Por ello solicitan al Presidente Zapatero
una moratoria sobre las infraestructuras, tal y como ha ocurrido en
Francia.
El Ministerio de Fomento ha iniciado recientemente la revisión
del PEIT. Pero ya en el propio documento en el que inicia esta
revisión reconoce que "no se prevé que esta actualización incorpore
modificaciones sustanciales al plan aprobado en 2005, ni se
trataría, por tanto, de la realización de un plan completamente
nuevo". Para las cinco organizaciones ecologistas se trata de una
mala noticia, puesto que el PEIT es, hoy por hoy, el principal
agente de destrucción de la biodiversidad española, además de uno
de los mayores acicates para que se incrementen las emisiones de
gases de efecto invernadero del transporte, de por sí muy
elevadas.
Efectivamente, el PEIT que se aprobó en 2005 recogía la
construcción de 6.000 km de autovías y 9.000 km de líneas de alta
velocidad ferroviaria, y estos planes de carreteras y ferrocarriles
se están llevando a cabo con una gran celeridad, a pesar de que no
se han evaluado ambientalmente de forma conjunta como exige la ley.
En particular, no se ha evaluado su afección sobre la Red Natura
2000.
Por este motivo, estas mismas cinco organizaciones ecologistas
enviaron en junio de 2006 una Queja ante la Comisión Europea por no
haber evaluado el Ministerio de Fomento el impacto del PEIT sobre
la Red de espacios Natura 2000, tal y como determina la Directiva
92/43/CEE relativa a la conservación de los hábitats naturales y de
la fauna y flora silvestres. Esta Directiva obliga a los Estados
miembros a evitar la degradación de cualquier espacio perteneciente
a la Red Natura 2000, así como a evaluar los efectos de cualquier
plan o proyecto que se lleve a cabo en estas áreas antes de
aprobarlos. Esta queja se ha traducido en un procedimiento de
infracción contra España, que ya ha recibido una carta de
emplazamiento y que en breve esperamos que reciba un dictamen
motivado.
La construcción de autopistas y autovías se viene realizando a
tal ritmo que, con los más de 13.500 km actuales, ya somos el país
europeo con más kilómetros de estas infraestructuras. En cuanto a
las vías de alta velocidad ferroviaria, se espera que ya en 2010
seamos el primer país del mundo en número de kilómetros, superando
al ahora primero, Japón.
Pero, a juicio de las organizaciones de defensa de la
naturaleza, el PEIT además adolece de otros graves problemas que no
lo hacen compatible con un transporte sostenible. En particular,
este Plan está dificultando mucho la lucha contra el principal
problema ambiental al que se enfrenta la Humanidad: el cambio
climático. Y no es de extrañar que así sea: la política de
infraestructuras ha conseguido que el transporte sea ya responsable
de un 25,4% de las emisiones de gases de efecto invernadero. De
estas emisiones, la carretera provocó la mayor parte, el 89,2%
(datos recogidos de la Estrategia Española de Movilidad
Sostenible).
En este sentido, las organizaciones ecologistas exigen al
Gobierno dé un cambio radical a su política de transporte hacia un
modelo más sostenible, más participativo y social, donde se reduzca
la contaminación de las ciudades y las emisiones de gases de efecto
invernadero, donde se fomente la gestión de la demanda en vez de la
de la oferta, donde se analicen todas las externalidades del
transporte, donde se dejen de hacer grandes infraestructuras sin
ningún beneficio social pero con un alto coste económico y
ambiental, donde se deje de primar el transporte privado frente a
un transporte público de calidad, donde el transporte de mercancías
se realice de una manera eficiente y donde las infraestructuras no
se realicen a costa de perder nuestros espacios protegidos más
emblemáticos. En resumen, una política de transporte donde los
compromisos que tiene España a escala internacional con la lucha
contra el cambio climático y la pérdida de biodiversidad no sean
una entelequia sino una realidad.
Por todos estos motivos, WWF-España, SEO/BirdLife, Greenpeace,
Ecologistas en Acción y Amigos de la Tierra solicitan al Presidente
Zapatero una moratoria en las infraestructuras del PEIT, tal y cómo
ha ocurrido en Francia para las autovías en los acuerdos de La
Grenelle.
Además las organizaciones conservacionistas consideran que el
PEIT se debe paralizar, como mínimo, hasta que:
- Se complete correctamente el procedimiento de evaluación
ambiental estratégica.
- Se tengan en cuenta los objetivos del protocolo de Kioto, así
como futuros compromisos intencionales de reducción de emisiones y
se ponga en marcha los mecanismos necesarios para alcanzarlos.
- Se avalúe correctamente los impactos sobre Red Natura 2000
tanto en el PEIT como en los diferentes Planes Sectoriales,
garantizando que no se afecte a los espacios naturales protegidos y
la biodiversidad.
- Que esta evaluación tengan efectos prácticos en los
correspondientes planes sectoriales lo que significa que se deben
eliminar:
- Las infraestructuras más impactantes sobre
la biodiversidad. - Las infraestructuras innecesarias
(por ejemplo autovías con escaso tráfico) o las redundantes
(autovías que discurre con trazados paralelos) - Las
infraestructuras que fraccionan una misma área (como las múltiples
infraestructuras que fraccionan Sierra Morena). - Las
infraestructuras que son competencia de las CCAA (como la
Cáceres-Badajoz)