Greenpeace pide a Iberdrola: • Abandonar su campaña de ataque a las energías renovables. • Dejar de presionar al Gobierno para someter la política energética a sus intereses. • Establecer un calendario de cierre de sus instalaciones contaminantes, comenzando por las nucleares y las centrales térmicas de carbón.• Abandonar sus inversiones en energías sucias, dentro y fuera de España, y volver a invertir a gran escala en generación renovable.