Todo parece indicar que finalmente el PSOE gobernará en Andalucía en coalición con IU. Desde Greenpeace, invitamos al nuevo Gobierno a que mejore, de forma sustancial, la gestión medioambiental de Andalucía. No nos cansaremos de decir que esperamos que la nueva Junta de Andalucía abandone los desfasados paradigmas económicos basados en el ladrillo, devorador de territorio y responsable de la crisis actual.
El acuerdo entre ambos partidos incluye algunas de las mejoras que los grupos ecologistas llevamos demandando desde hace mucho tiempo, por lo que hay motivos para la esperanza. Se apuesta por un II Plan Energético Andaluz, que contempla una mejora en el ahorro, la eficiencia y la instalación de renovables, con el objetivo de que estas representen el 20% del consumo de energía de la comunidad en el año 2020, aunque la comunidad podría asumir objetivos más ambiciosos. Además de desarrollar el Plan Forestal, se impulsará un pacto con la sociedad andaluza en la línea del Pacto Forestal Andaluz, algo que Greenpeace venía demandando como paso esencial para impulsar el sector forestal andaluz como un sector estratégico, generador de empleo verde. Además se favorecerá la Educación Ambiental, incrementando las actuaciones de concienciación ciudadana en materia medioambiental.
Sin embargo, en otros aspectos podemos encontrar una de cal y otra de arena. Éste es el caso de la gestión de la agricultura, donde se contempla una moratoria en Andalucía sobre la liberalización de cultivos transgénicos, pero faltan políticas que apuesten de forma decidida por una agricultura ecológica y sostenible. Se habla de impulsar un modelo de ordenación del territorio sostenible, pero no se incluyen acuerdos concretos sobre los puntos negros del litoral español como el hotel del Algarrobico, la ampliación del puerto de Tarifa, el Polígono de las Aletas, etc. Igualmente, se menciona la elaboración de una Ley de Movilidad Sostenible, pero entre las medidas concretas falta la electrificación total de la red ferroviaria, la adopción de criterios de eficiencia energética para la flota de vehículos de las administraciones andaluzas, etc.
Finalmente, y con tristeza, observamos que algunas demandas necesarias para que Andalucía vuelva a la senda de la sostenibilidad y la mejora ambiental se han quedado en el aire. El acuerdo entre ambos partidos no refleja una apuesta decidida por la pesca tradicional y sostenible, a pesar de que ésta supone el 64.04% del sector en los municipios pesqueros de la comunidad. No se descarta la gestión valorización energética en la gestión de los residuos (incineración, arco de plasma, pirólisis …) ni se contempla la instauración de Sistemas de Depósito, Devolución y Retorno, ni de sistemas de recogida Puerta a Puerta. El pacto no ofrece garantías de no volver a repetir los graves errores cometidos en la gestión de los residuos tóxicos, caso del vertedero de Nerva. Igualmente no se hace ninguna mención al cierre de las centrales térmicas de carbón que hay en Andalucía, que es la principal causa de emisión de CO2.
Salir de la crisis exige mantener y mejorar la calidad del medio ambiente. Por ahora, medidas anteriormente mencionadas, solo son palabras, pero de llevarse a cabo, no solo mejorarán el medio ambiente de Andalucía, sino que también generarán empleo y riqueza de forma estable y sostenible. Igualmente esperamos que el futuro gobierno andaluz también contemple aquellas medidas y propuestas que se han quedado en el aire. Y si no es así, desde Greenpeace seguiremos trabajando para recordárselo.
Juande D. Fernández Carmona (@Juande_Fdez). Delegado de Greenpeace en Andalucía.
- “Propuestas de Greenpeace para las Elecciones Autonómicas en Andalucía”