En estos momentos los 17 de Cofrentes están, otra vez, en el banquillo de la Audiencia Provincial de Valencia para ratificar una vez más su inocencia. Junto a ellos está también Mario Rodríguez, director ejecutivo de Greenpeace, por su responsabilidad como representante de la organización. Todos juntos se enfrentan, de nuevo, a posibles penas de dos años y ocho meses de cárcel, así como a una multa e indemnizaciones de casi 360.000 euros para Greenpeace.



o no estaba en la acción en la central de Cofrentes, el 15 de febrero de 2011, cuando los 16 activistas pintaron “PELIGRO NUCLEAR” sobre una de las torres de refrigeración para pedir que no se ampliara su vida útil, pero sí recuerdo aquella acción, igual que recuerdo que apenas un mes después se producía el accidente nuclear en Fukushima, y pensé: si hicieran un poco de caso a Greenpeace esto no nos hubiera pasado. Un año después me incorpore al campaña nuclear de Greenpeace, y he comprobado que Iberdrola no sólo no ha aprendido las lecciones de Fukushima, sino que quiere silenciar y encarcelar a aquellos que le recuerdan  que su negocio es peligroso, y que ellos se quedan con los beneficios y las personas pagan literalmente los riesgos y las consecuencias.

No es la primera vez que Iberdrola quiere cerrarle la boca a Greenpeace, en 2007 la “compañía eléctrica más verde” pedía 9 meses de prisión para los activistas de Greenpeace que habían pintado “Stop CO2” en otra chimenea, la de su central térmica de carbón de Pasaia que hoy está cerrada. Entonces la justicia estuvo del lado de la defensa del medio ambiente, al igual que la primera sentencia dictada en el caso de Cofrentes, que explica que los activistas de Greenpeace no alteraron el orden público.

La sentencia absolvió de los delitos de desórdenes públicos y lesiones a los 16 activistas y de todos los delitos al fotoperiodista independiente, que también está hoy en el banquillo.

Lo que no figura en la sentencia son las últimas palabras de la acusación por parte de Iberdrola “No les puede salir gratis”, y parece claro que “la reina del oligopolio eléctrico” quiere cumplir su amenaza. Con esta actitud beligerante, Iberdrola confirma que su interés real no es ser  una empresa comprometida con la sociedad, que se esfuerza en promover la ética, generar confianza a través del diálogo, y apostar por las energías limpias y competitivas como dice su Presidente Sánchez Galán,  sino que se esfuerza por “amordazar” al movimiento ecologista para seguir enriqueciéndose con la energía nuclear.

La participación pública de todas las personas es imprescindible, y es un derecho, en la toma de decisiones respecto a la ampliación de la vida de las centrales nucleares, y al igual que la justicia debe seguir velando por los derechos ciudadanos que protestan pacíficamente, este derecho no puede ser acallado por las empresas que obtienen beneficios de un negocio cuyos riesgos y costes sociales corren a cargo de la ciudadanía, pídeselo, tuiteractúa, participa es tu derecho y el nuestro.

¡Twitteracción!
Ayúdanos a pedirle a Iberdrola que no acuse a los defensores pacíficos del medio ambiente:

.@Iberdrola sienta de nuevo en el banquillo a los #Cofrentes17 de @greenpeace_esp x la acción nuclear en Cofrentes

.@Iberdrola quiere silenciar y encarcelar a los que les recuerdan el peligro de las nucleares #Cofrentes17 @greenpeace_esp

.@Iberdrola pretende amordazar a @greenpeace_esp sentándonos de nuevo en el banquillo #Cofrentes17

Pido a @Iberdrola que deje de perseguir a @greenpeace_esp e invierta en #renovables y energías limpias #Cofrentes17

Pido a @Iberdrola que deje de perseguir a los #Cofrentes17 cierre sus #nucleares e invierta en #renovables

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